Lo divino, la belleza y la política bajo el lente de Luis Pirex


Desde la era del revelado de película, el papel, el laboratorio y el copiado manual, hasta la “magia” de la fotografía digital, han sido muchos los personajes, las anécdotas e historias que han atravesado el lente de las cámaras de Luis Pirex, quien se inició en el mundo de la moda, las pasarelas y la publicidad, y ha recorrido un camino que lo ha llevado a retratar estampas naturales, arquitectura maracaibera, mises, gobernadores, alcaldes y hasta presidentes de la República.


Es barquisimetano de nacimiento, pero más zuliano que el Puente o una mandoca. Hijo de padres campesinos, quienes emigraron al Zulia tras el auge petrolero en los años 60, buscando un mejor nivel de vida. Estudió bachillerato en los alrededores de Santa Lucía, en el liceo ‘Belloso Chacín’, donde cultivó su amor por nuestro gentilicio. “Me identifiqué con la gente, sus costumbres, la gaita y todos sus géneros musicales y culturales, sin olvidar el Tamunangue de mi querida tierra larense.


Cuando nos habla, inmediatamente sentimos que para él todo es disfrute y satisfacción, cómo lo que le tocó vivir al ver crecer a María Chiquinquirá Delgado, a quien fotografió desde los 14 años en una prestigiosa agencia de modelos: “Le Mansión Du Chanell”, a la que asistía esa linda zuliana de cabellos largos y ojos claros que siempre se destacaba entre tantas niñas que acudían tres o cuatro días a la semana, a clases de modelaje.


Chiquinquirá Delgado, a los 14 años, retratada por Luis Pirex.

Dice que un día llegó y, con mucho respeto, conversó con su mamá para que la “Chiqui” Delgado fuese su modelo para la campaña de una famosa marca de cosméticos en Caracas; y en menos de dos días ya se encontraba frente al lente de Pirex la que hoy día es reconocida como una gran modelo internacional.

Con nostalgia recuerda que no ganaron en esa oportunidad, pero fue el inicio de una relación de amistad, de afecto y de trabajo con ella. Fotografió sus 15 años, fiestas familiares y compromisos de trabajo. “Años después, cuenta Pirex, que se encontraba viendo un reportaje de una cadena de televisión francesa y cuál fue su asombro que aquella zuliana, ya mezclada en otros ambientes más profesionales de la moda, mostraba sus portafolios, las primeras fotografías hechas por ese servidor que vio nacer en las pasarelas a esa hermosa mujer zuliana. “Luego hice nuevamente contacto con ella cuando era la imagen de la Lotería del Zulia; me tocó retratarla de nuevo, allí conversamos un poco, recordamos sus inicios y los míos también”.


Su principal hobby siempre ha sido visitar las salas de exposiciones los días domingos, bien sea el Centro de Artes Lía Bermúdez, las salas de artes gráficas de la Escuela “Julio Bengochea”, el teatro “Bellas Artes”, entre otros espacios de la región zuliana. “Todo fue nutriendo el yo interior de lo que hoy expreso en mis imágenes; fueron una especie de zoom de cada gráfica que iba grabando todos esos conocimientos que he ido albergando durante todo este tiempo”, comenta.


Para el año 92, ya Pirex tenía su primera cámara fotográfica profesional; esa utilizaba película y en ese tiempo ya había iniciado los estudios formales de fotografía. Entró por primera vez a un laboratorio en la escuela de Artes Neptalí Rincón. “Allí me encontré con excelentes compañeros fotógrafos muy importantes de la región, como el profesor Mario Alvarado y Exequiel García; para ese entonces Mario era jefe del Departamento de Fotografía del diario Panorama y con él nos nutrimos de la parte del reporterismo gráfico. Conocimos de estética para la fotografía, lenguaje, composición de elementos, y desde allí me fui acercando al conocimiento de la fotografía como tal”.


Poco a poco fui definiendo mi visual gráfico, identificándome con ciertas fotografías de la moda y la fotografía publicitaria que eran mi verdadera fuente de inspiración. Tuve la dicha de estudiar con los más reconocidos fotógrafos nacionales e internacionales que venían a Venezuela a brindar talleres de fotografía, simposios… porque en ese tiempo las universidades abrieron las cátedras de Publicidad y Relaciones Públicas, pero las mismas no se dictaban en las universidades, como en el caso de la fotografía de la moda y las pasarelas. Participé en grandes seminarios, diplomados, que gracias a Dios con los tigritos (contratos informales) me daban para pagarlos y logré formarme en esa área con fotógrafos de muy alto nivel.


“Era de mucho provecho estar en clases con los mejores profesores de Venezuela en el área de la fotografía, eso enriqueció mi forma de ver y de conducir mi mirada, seleccionar el mejor objetivo a fotografiar y cuidar de los detalles, cuidar la luz, el entorno, y sobre todo algo muy importante: el buen gusto en la fotografía; si no tienes buen gusto no tienes nada, y ese buen gusto te lo va a dar el conocimiento a través de la lectura, la música y las artes plásticas”.


En cuanto a lo digital y película, para Pirex la película es una etapa que ya cumplió sus objetivos y dejó imágenes que marcaron la historia de la humanidad. “El otro plano, es decir, lo digital, nos ha dado más facilidades. Muchos acontecimientos que antes se perdían porque la gente no tenía una cámara, ahora se captan y difunden al instante”.


Lo otro maravilloso –acota Pirex- es que todos esos acontecimientos están guardados en unas plataformas virtuales, haciendo historia a través de imágenes y sonidos que viajan con la rapidez del rayo y están disponibles para todos. Una vez que salieron las primeras cámaras digitales me compré una y empecé a explotar ese mundo, en simultáneo con la computación que se unieron a favor de la ciencia y las artes en el gran mundo digital.


“En estos momentos estoy como el mundo, estoy envuelto en algo que no sé definir y que con la pandemia realmente no sabemos qué evolución va a tener el mundo. Estoy seguro que así como lo digital, internet y todas estas cosas que le han facilitado la vida a las personas, la pandemia provocará muchos cambios dentro de la estructura mental, política, económica de todo el planeta”, reflexiona Pirex.


Foco Mariano


El Padre Eleuterio Cuevas, párroco de la Basílica, era quien convocaba a Luis Pirex para captar todo lo que acontecía con nuestra Madre Chiquinquireña. “Yo hacía las fotografías de la Virgen en todo lo que acontecía, en torno a esa devoción Mariana y zuliana que nos fortalece”.


Luis Pirex con el padre Eleuterio Cuevas.


“Una vez que yo comencé a trabajar en el Gobierno regional, tuve más acceso para poder fotografiarla. Mi relación con la Virgen se hizo más estrecha; pude hacer fotografías en momentos muy especiales, como la limpieza del Retablo Sagrado, los momentos de La Bajada, la Santa Misa de su día; todo eso que acontecía y que muchas veces el pueblo pudo ver gracias a mis fotografías; pero estar en ese contacto tan cercano, tan estrecho, me llenaba de energías que yo sabía que emanaban de La Tablita, como la llamamos nosotros los cristianos. Acercarme a la virgen, poderla fotografiar, sentir esa energía que de verdad es; hay que sentirla, es complejo, es otro aspecto de lo más profundo del creyente”.


“Tuve el honor de fotografiar a Don Enairo Villasmil (El Joyero de la Virgen) en el momento de la limpieza del Santo Retablo. Estar allí, sentir y tener acceso por casi 14 años, me llenó de tanta espiritualidad que no tiene ningún precedente. Hacerle fotografías en todos los procesos de la Virgen, al punto que hice unas fotografías espectaculares, hermosas, bellísimas que me llegaron a decir que esa era la fotografía oficial de la Virgen de Chiquinquirá; fue un gran honor, es un placer para mí que la gente que ve esa foto emita esa opinión. Me honraba mucho, y muchas de esas fotografías hoy decoran las paredes de hogares del Zulia, de Venezuela y del mundo porque hoy tenemos muchos zulianos por todas partes.


Para Pirex de esos acercamientos, las procesiones, los recorridos por todas esas barriadas maracaiberas, era una especie de alimento que nutría con su cámara, las imágenes de todas esas calles buscando los mejores momentos y señales que le indicaban que la Virgen estaba con su pueblo. “Eso es maravilloso; ese contacto con sus fieles, la Virgen de cara a cara con su pueblo, su sudor, su caminata, esos cantos que alegran las calles marabinas, las gaitas en su honor, Los Chiquinquireños, El Saladillo y todos sus alrededores. Eran tiempos de mucha vibra, con una energía mágica, llena de positivismo, llena de fuerza y fervor mariano”.


Otro de sus hobbies es el cultivo de las Flores o Rosas del Desierto. Nos cuenta que es una manera de conectarse con sus ancestros y manifestar el amor al campo que lleva en sus células. “Como fotógrafo admiro la belleza de la naturaleza y en ella hay muchos tipos de plantas que me apasionan por sus hermosas flores, formas como los cactus, pero me fui enamorando -gracias a un gran amor en mi vida- de las Rosas del Desierto y pude a través de esa belleza que me cautivó, tener hoy día una gran cantidad y variedad de esa hermosa flor. En oportunidades, he llegado a decepcionarme porque yo no veo en las imágenes de mi cámara las bellezas de las rosas y los colores de cada una; es realmente un espectáculo visual”.


Las Flores del Desierto, otra de las pasiones de Pirex.

“La arquitectura zuliana también es otra pasión que tengo desde mis inicios en la fotografía. Yo viví el derrumbe de El Saladillo junto a mis compañeros del bachillerato y posteriormente en la ‘Escuela Neptalí Rincón’; muchos de mis compañeros nacieron y crecieron en esa popular barriada maracaibera. Nosotros vivimos la demolición, fuimos testigos de cómo día a día caían los bloques de aquellas paredes llenas de recuerdos e historias, con hermosos mosaicos en sus pisos que engalanaban esas humildes casas saladilleras. Muchos años pasarán para volver a ver algo de todo aquello que se llevaron las máquinas, que acabaron a El Saladillo que no volverá.


La calle Carabobo se salvó de la piqueta que destruyó a El Saladillo.


El día del dolor


En el año 2000 a este hombre tímido, pero con mucha sabiduría, le tocó vivir el peor momento de su vida: la muerte de su hijo mayor, Luis Manuel Pirex, quien fallece a la edad de 16 años. Su padre lo describe como un hijo ejemplar, un gran deportista a quien se le vislumbraba una gran carrera como futbolista. Era un jugador destacado que a su corta edad ya era capitán de su equipo. Exactamente el 13 de diciembre, en los campos de la Facultad de Humanidades, el cuerpo de ese atlético chico caía al piso en el segundo tiempo de su último partido; una aneurisma en sólo segundos se convirtió en el pitazo que nadie desea escuchar; anunció la muerte súbita de su hijo, quien nunca ha salido de su corazón. “Mi vida sufrió un cambio muy fuerte, la familia, mi esposa, mi hijo Jorge Luis. Ya han pasado 19 años y aún lo vivo como si fuese ese día”.


De lo político a lo institucional


Luis Pirex reconoce que la política no fue su mejor fuente, sin embargo desde 1998 inicia su recorrido por ese mundo cuando cubría la campaña para el entonces candidato a la presidencia de la República, Hugo Chávez Frías, durante sus visitas al Zulia, gobernado en ese entonces por Francisco Javier Arias Cárdenas.


En su trabajo en el mundo de la política también participó en varias campañas electorales, como la de Fernando Chumaceiro a la Alcaldía de Maracaibo. “Hoy día en la sala de los Chumaceiro hay una gran fotografía mía que la hice a solicitud de su esposa”. En este continuo transitar participó en el equipo de campaña del candidato y posterior gobernador del Zulia, Manuel Rosales Guerrero, durante los 8 años de su mandato. “Allí sigo, en el Gobierno regional, haciendo mi trabajo de reportero gráfico, aportando lo mejor para el Zulia y los zulianos. Son 20 años en la administración pública”.


Amor por su país


Este fotógrafo de las múltiples facetas sigue apostando y dando lo mejor por su país; está convencido que desde cada espacio hay que seguir dando lo mejor para que todo funcione bien. “Yo nunca me he planteado irme del país, acá están mis raíces, es mi tiempo, mi vida, mi momento; espero que al terminar la pandemia, si Dios y la Virgen me lo permiten, viajar para encontrarme con mis hijos, quienes son mi esencia, y luego regresar para seguir contribuyendo y hacer las fotos de la reconstrucción de mi país y ayudar a sacarlo adelante. Ojalá y pronto esté en Maiquetía captando con mi lente las pisadas del Cruz Diez de muchos de los venezolanos que han partido y espero verlos llegar”.






Silvia Barboza

Periodista

Fotos: Luis Pirex


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Lo divino, la belleza y la política bajo el lente de Luis Pirex Lo divino, la belleza y la política bajo el lente de Luis Pirex Reviewed by Alejandro Domecq on 12:38:00 Rating: 5

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