“Las gotas milagrosas” de Venezuela ¿combaten de verdad el COVID-19?


Desde que el cuestionado mandatario venezolano, Nicolás Maduro, envuelto en una credulidad entusiasta, anunció en octubre del año pasado la creación “Made in Venezuela” de unas ‘goticas milagrosas’ contra el coronavirus, logró un efecto contrario en la mayoría de la población nacional y mundial, incluyendo autoridades del ámbito científico. Estiman unos que se trata de una de las tantas farsas de la desdibujada revolución bolivariana, y otros de que deben presentarse las pruebas certificadas de su eficacia.

Si pueden brotar rosas rojas entre los espinosos cardos o cardones, ¿cómo no creer, al menos una sola vez, que lo que dicen los jerarcas del chavismo-madurismo es cierto? Pudiera hacerse alguien tal planteamiento en relación al Carvativir, una sustancia medicinal contra el COVID-19 que surgió en tierra venezolana en medio de una vorágine de vacunas divulgadas, promocionadas y algunas ya en aplicación masiva, para las cuales Circozuela se apoya en el portal isglobal.org (instituto de Salud Global Barcelona) que estableció un listado según su eficacia, conservación y número de dosis: Modena (EE.UU), BioNTech/Pfizer (Alemania-EE.UU), Curevac (Alemania), AnGes –Osaka (Japón), Zydus Cadila (India), AstraZeneca (Inglaterra), Gamaleya Institute (Rusia), CanSinoBio (China), Johnson & Johnson (EE.UU), Novavax (EE.UU), Medicago (Canadá), Sinopharm (China), Sinovac Biotech (China), Bharat Biotech (India).

Vale decir que Moderna y BioNTech/Pfizer tienen una eficacia de 94 y 95%, respectivamente, pero Moderna figura de primero porque solo requiere -20ºC, 4ºC (1 mes) para su conservación frente a -70ºC (1 mes) de BioNTech/Pfizer, además solo se necesitan 160 cc (centímetros cúbicos) de aplicación en relación a los 500 cc de la segunda, de acuerdo a la lista divulgada por isglobal.org.

No obstante, aguijoneado quizá por echarle en cara a los opositores venezolanos y a quienes discrepan de su régimen autoritario, y por darle al socialismo del siglo XXI un barniz de logro en materia de investigación científica, Maduro al anunciar “las gotas milagrosas” el 14 de octubre del año pasado, aseguró que en su fase de pruebas había salvado al 100 por ciento de los pacientes que recibieron las respectivas dosis. Es decir, que superaba a los grandes laboratorios de las naciones desarrolladas y por consiguiente los creadores de ese ‘prodigioso medicamento’ hicieron lo propio frente a eminentes científicos.

“El 24 de enero de 2021, tres meses después, Maduro presentó formalmente, con emoción visible, el nuevo medicamento. El antiviral que el mandatario calificó también de “poderoso” se llama Carvativir. Es un producto que se toma por gotas y que, según las pocas informaciones disponibles, está elaborado con un componente derivado de la planta llamada tomillo, conocido como carvacrol. En cadena nacional de radio y televisión, Maduro celebró el ingenio del creador del producto a quien no quiso nombrar para protegerlo, aunque al día siguiente su nombre se coló en las noticias”, reseña El Pitazo.net. Se trata de Raúl Antonio Ojeda Rondón, quien de paso no es científico, pero ha escrito libros sobre diversos temas y fungió como vicepresidente de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP).

“El anuncio no fue bien recibido por una parte de la comunidad científica que, anteriormente, ha cuestionado las iniciativas terapéuticas presentadas por el gobierno chavista para atender el COVID-19 por carecer de evidencia científica y, además, contrariar a la Organización Mundial de Salud con respecto a la existencia de una cura eficaz frente al nuevo coronavirus”, expone El Pitazo.net.

El portal ARMANDOINFO en un detallado trabajo titulado ‘De Mercaderes a Científicos’: el verdadero milagro del Carvativir, subraya que “Un despacho oficialista de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) y una entrevista que Ojeda concedió al diario El Nacional de Caracas, días después del anuncio de Maduro, son las únicas referencias hechas públicas hasta ahora sobre las fases III y IV del presunto estudio. En ambas publicaciones se asegura que la fase III contó con la participación de 600 personas (la mitad habría recibido Isotimol y la otra un placebo) entre agosto y noviembre, que realizaron estudios en Turquía, y hasta en la Clínica Mayo de Minnesota, Estados Unidos, y que todo está listo para la producción masiva”. Rondón dijo a El Nacional que “Esta es una investigación científica, no política. Se hicieron pruebas en turquía, en Irán y en Estados Unidos”, según citó ARMANDOINFO.

“Médicos y académicos (acota El Pitazo.net) dudan de la rigurosidad científica de los estudios del Carvativir, pues cuestionan que los resultados de los ensayos clínicos no estén aún publicados. Los integrantes de la Academia Nacional de la Medicina señalan que las gotas requieren de la aprobación como candidato a medicamento para el COVID-19 por el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, tras pasar con éxito pruebas preclínicas y clínicas y análisis bioquímicos que garanticen su seguridad y eficacia. Incluso, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó el 28 de enero a los investigadores venezolanos a publicar los hallazgos para evitar sesgos”.

El domingo 31 de enero Maduro dijo que el gobierno se apresta a publicar “en los próximos días” los estudios sobre el Carvativir, pero esta vez matizó su efecto total al asegurar que “actúa de manera complementaria en los tratamientos contra el virus SARS-COV-2, que causa el covid-19”, apuntó la agencia de noticias EFE.

“Se ha desatado una campaña brutal contra el Carvativir. Es un antiviral. Ayuda como antiviral a parar, a neutralizar la célula del coronavirus”, dijo Maduro durante el balance semanal que hace de la lucha contra la covid-19 en Venezuela, y que fue citado por la referida agencia. “Está demostrado científicamente, tenemos el estudio (y) en los próximos días será ejecutada la publicación científica internacional con todos los estudios del Carvativir”, de acuerdo con EFE.

Maduro había dicho que se iniciaría la producción masiva del cuestionado medicamento y que serían distribuidos directamente a todos los centros de salud del país, e incluso aseguró que se importaría el Carvativir a países como Cuba, Nicaragua, Bolivia, Haití y demás naciones caribeñas.

Este lunes 1 de enero el mandamás venezolano dentro de sus acostumbrados zigzagueos o marchas y contramarchas, anunció que las vacunas rusas están por llegar (las Sputnik V) y que tras hacer las respectivas pruebas su efectividad alcanzó el 100%. Aseguró que en febrero se iniciará “una vacunación creciente” y “la vacunación masiva” comenzará en abril.

“También con China – informó Maduro- estamos haciendo la prueba de varias vacunas y esperando la vacuna cubana, que tiene cuatro, han avanzado en solo dos. Esas vacunas, hemos decidido, en la alianza del ALBA, crear un fondo de vacunas, vamos a tener uno para distribuir vacunas a los países del ALBA y otros países que lo necesiten”, reseño EFE.

Como puede notarse, el mandamás en su más reciente alocución no mencionó a “las gotas milagrosas”, ni mucho menos cómo se iba a combinar las vacunas de afuera con el Carvativir.

Hay mucha bruma que disipar con lo afirmado por Maduro y su régimen en torno a la supuesta panacea medicinal llamada Carvativir, por lo que volvemos al punto inicial o al titular de este trabajo periodístico: “Las gotas milagrosas” de Venezuela ¿combaten de verdad el COVID-19? ¡Oh tiempo, solo tú, como siempre, tienes la última palabra!

 



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