¡Alerta! Venezolanos bajan la guardia frente a la pandemia


Desde que el régimen decretó la flexibilización en Venezuela frente al Covid-19 por todo el mes de diciembre, al parecer miles de ciudadanos entendieron otra cosa: que el coronavirus había desaparecido, o que nunca existió. No de otro modo puede explicarse cómo colgaron las mascarillas, se saludan con abrazos y besos, entran apiñados a cualquier sitio y se entregan a la ‘rumba pareja’. Todo un carnaval en diciembre pero sin caretas... 

Lo inaceptable y contradictorio de este gravísimo error, que pone en riesgo la salud de todos los venezolanos sin excepción (los “viva la pepa” se contagian entre sí y estos a los aun precavidos) es que desde todas las esferas gubernamentales se alienta el relajo a todo dar. Funcionarios de ministerios, gobernaciones, alcaldías, cuerpos de seguridad, empleados de arriba y abajo en fiestas privadas y públicas, aquí, allá, en clubes, playa, en plazas y avenidas arman su jolgorio sin las mínimas medidas de bioseguridad, en franca e inentendible contravención a las cautelas ordenadas por el jefe supremo: 

“El coronavirus en Venezuela está bastante controlado (...) Con las estadísticas que tenemos podemos soltar la mano, pero con seguridad, con el tapabocas, con la limpieza de las manos, con el distanciamiento”, expuso el mandamás Maduro. “Que nadie se vuelva loco... no caigamos en la irresponsabilidad”, para tener “un fin de año feliz, con navidades en familia y cuidándonos”, según citó la agencia AP


Empero, a esas palabras siguió una ostentosa y ruidosa campaña electoral de los candidatos oficialistas a la Asamblea Nacional, aupada y difundida por los medios audiovisuales del estado, que, a la par de mostrar estadios u otros recintos llenos de gente apretujada en los mítines, con o sin mascarillas, dejaban en el limbo o anonadados a los televidentes o usuarios de las redes sociales que no pueden explicarse para qué entonces se insiste en obrar con precaución ante la universal infección. 

Ha sido tal el ejemplo contradictorio de los propios líderes rojos, que alcaldes y gobernadores de varias regiones del país fueron los primeros en no pararle a los enunciados de Maduro durante masivas concentraciones políticas y festivas, como bien lo hizo el gobernante de Carabobo, el excéntrico Rafael Lacava, quien en actitud de divo se quitó la mascarilla y la lanzó al público (cual Sandro arrojando su pañuelo a las histéricas fans).  

Hasta el sábado 19 de diciembre se computaron 386 nuevos contagios por Covid-19 con cinco decesos; lo que elevó a 4.589 casos activos de un total de 109.781 contagiados, que da un 95 % de personas recuperadas. Desde la cuarentena iniciada el 16 de marzo, se registran más 99.800 casos positivos y 871 fallecidos. Además se contabilizan 13 casos activos por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a reportes del gobierno venezolano. Las cifras se mantienen bajas si se comparan con cualesquiera de los países vecinos, pero no han sido producto del acierto del régimen con la implementación de las medidas sanitarias y del sistema 7 X 7 (siete días de “cuarentena radical” y siete de flexibilización), sino a lo señalado por los expertos y que reprodujo la agencia internacional de noticias AP: “al aislamiento que vive el país después de años de crisis política, económica y social”. 

Añádase la escasez de material para las pruebas de detección en los sospechosos de coronavirus y de los contagiados no registrados (menos pruebas = menos casos) porque han preferido hacerse los tratamientos en sus casas antes que empeorar o morir aislados y desasistidos en los hospitales, precarios de medicamentos, equipos y personal. 

A ello hay que también agregarle que la increíble y rápida destrucción del aparato productivo del país hecha por el despiadado ‘socialismo bolivariano’, ha producido la migración de unos 5 millones de venezolanos (más gente afuera significa menos contagios internos), y por consiguiente sirvió para impedir el colapso total del sistema sanitario y ocasionar una catastrófica emergencia nacional al compás del coronavirus. Una terrible paradoja: la devastación que produjo el empobrecimiento de la población al propio tiempo le sirve para protegerla contra la pandemia. 

No obstante, esa aparente suerte venezolana de figurar en la lista de naciones con menos contagios, está en inminente riesgo de ser alterada radicalmente en los próximos días por la actitud bochinchera e irresponsable de las autoridades y buena parte de la ciudadanía. 

“Tengo fotos de gente sin tapabocas en plena avenida Bolívar. Hay que cuidarse en diciembre, depende de ustedes si llegamos con buenos índices a enero, sino tendremos que meter 14 días de cuarentena radical. Otros creen que por ser jóvenes son inmunes al virus al no usar tapaboca. Esta temporada decembrina no es fácil”, dijo Maduro a través del canal estatal VTV; pero se le critica que no haya señalado y culpado por no dar el ejemplo a sus propios funcionarios, dirigentes y gobernantes locales y regionales, y de no haber activado los correctivos pertinentes para controlar la situación. 


La inclinación al relajo del grueso de los venezolanos los ha colocado sobre esa especie de “barril de pólvora” llamado Covid-19, cuya explosión es silenciosa, expansiva y letal. 

Ojalá no sea demasiado tarde cuando se retomen las medidas de confinamiento. 






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¡Alerta! Venezolanos bajan la guardia frente a la pandemia ¡Alerta! Venezolanos bajan la guardia frente a la pandemia Reviewed by Alejandro Domecq on 17:10:00 Rating: 5

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