Muérete en las colas que no te van a decir si llegará la gasolina

Los perversos del régimen rojo, en todos los mandos o cargos, desde el pueblo más pequeño hasta la gran Caracas, han hecho del maltrato y martirio de la gente común su blasón y bandera, especialmente con el precario e improvisado abastecimiento de la gasolina. Su desprecio sin límites a los compatriotas desheredados de toda digna existencia, llega al punto de no informar en absoluto si el combustible será despachado hoy, mañana o nunca, mientras los conductores pierden su sueño, tiempo y esperanza en las serpenteantes colas...

Ese es el ‘gobierno de todos’, el que alardea de darle poder al ciudadano, el que dice ser del pueblo pero al que solamente le sirve para manipular, vejar y pisotear. Así lo hacen con el abastecimiento de combustible. 

No hay un solo avisito que diga “Hoy no se surtirá gasolina”. No hay uno solo de los funcionarios del desgobierno que le diga a los somnolientos conductores que no hagan colas porque no vendrán las gandolas de combustible. No hay una sola, una sola al menos, de las almas rojas que se compadezca y diligencie ante las instancias oficiales qué día llegará con toda seguridad el escaso carburante. Ni siquiera para resarcir un poquito el enorme daño que le hicieron a la nación y a sus habitantes con la destrucción o pauperización de la industria petrolera. ¡Dios, qué clase de bichos son estos que arrasan con todo y humillan a la vez! Civiles y militares pseudo revolucionarios se igualaron en perversidad y corrupción, y nivelaron a la mayoría de los venezolanos en miseria e inanición. 

Por eso tú, como millones de venezolanos, entre esperanza e incertidumbre, te vas desde la tarde o noche a coger guardia y allí amaneces, pero también atardeces y vuelves a anochecer sin que nadie de la estación sepa si llegará la gasolina, y mucho menos te lo van a informar los funcionarios o dirigentes del régimen, sean civiles o militares. Simplemente porque no les da la gana o por negligencia o porque así lo dispusieron los déspotas centrales. Entonces recalan los camiones cisternas, pero solo despacharán la gasolina dolarizada (medio dólar por litro) y tienes que seguir en la espera de la que está al alcance de tu bolsillo (la subsidiada)... ¡Horror!, esta no llega y debes endeudarte para comprar la de billetes verdes... ¡horror! Hay aquí una cola que avanza muy poco... ¡Horror! Se acabó también.

¿Y saben por qué se agota tan rápido? Mientras estás agobiado de tanta espera y sueño, guardias nacionales, policías y civiles del régimen ya han dejado pasar aquellos conductores que recién llegaron pero que recompensan muy bien. Y, además, solo despachan hasta cierta cantidad... lo que resta (que es más de lo que surten a los vehículos) ya está destinado a una repartición a mayor escala que reporta miles y miles de dólares. Es decir, al contrabando. 

Así que, con tu menguado aguante, no te queda de otra que volver derrotado a tu casa, o morirte entre las hileras de vehículos sin que nunca sepas cuándo llegará la gasolina. 

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