Amor, moral y luces en tiempos precarios


Venezuela ha sido un país donde la providencia la premió con abundancia de todo tipo, y el propio Simón Bolívar en su faceta de analista de la realidad americana se percató de que nuestras carencias más bien eran de carácter moral y ético. Esta preocupación lo llevaría
 a la tumba, traicionado por sus mismos compañeros de armas, pero estaría siempre presente en sus discursos y proclamas.

Los valores morales son todo lo que conduce a las personas a defender y crecer en su dignidad, lo mejora y lo encumbra como individuo y como ser social, poseedor de amor, libertad, justicia, tolerancia, equidad, paz, honestidad. El ciudadano debería edificarse sobre esta ancha base ética. 

Desde los primeros intentos por liberarnos de España, algunos sabios como Simón Rodríguez y Andrés Bello plantearon la necesidad de una educación republicana para formar al nuevo ciudadano, que enmendara los vicios de la formación tradicional monárquica. El amor a la patria, a las instituciones democráticas y una moralidad republicana garantizarían el éxito de la naciente república. 

No obstante, la educación venezolana falló en su intento de formar ciudadanos capaces de ejercer una democracia directa, que participara activamente en el ejercicio del poder, cuidando y defendiendo la república, al estilo de la Atenas de Pericles. Y el resultado no pudo ser más nefasto en estos últimos 20 años: un país despedazado, sin moral ni luces. 

El escritor hispano-venezolano Antonio Pérez Esclarín nos asegura que la educación es principalmente un acto de amor; comparto esta creencia; pero debe ser una constante en la didáctica, la enseñanza de valores morales y democráticos en todos los ámbitos de la educación venezolana, donde no sea algo exclusivo de los maestros; debiera ser obligante que los padres y familiares de los educandos se involucren en el concierto de conocimientos. 

Pensaba en todo lo dicho, mientras, como la mayoría de los venezolanos ante la falta de transporte público, dinero en efectivo y gasolina, realizaba la caminata diaria a mi taller, y al aproximarme al museo vial de la avenida Universidad de Cabimas, vi a un padre tratando de explicar a sus jóvenes hijos el significado de mi obra allí representada: ‘Homenaje a Guernica’, de Pablo Picasso. Traté de acercarme, pero justamente en ese momento ya ellos habían emprendido su camino. 

En esta sencilla plática con sus dos hijos percibí una familia formada en valores morales, y en su clase mañanera un acto de amor paternal. Me dije entonces que no todo está perdido... 

Lucidio González
Pintor y escultor



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Amor, moral y luces en tiempos precarios Amor, moral y luces en tiempos precarios Reviewed by Alejandro Domecq on 4:40:00 p.m. Rating: 5

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