Mi hija quiere volver a la paz perdida en Venezuela


A propósito del Día Mundial de la Paz, Leonardo Greco realiza una reflexión luego de preguntarle a su hija qué es la paz, y esta, aún adolescente, da su respuesta dentro del  contexto de la terrible realidad que viven los jóvenes en la Venezuela insólitamente despedazada y aislada.

¿Qué es la paz? Le pregunte a mi hija de 15 años, me contestó: es estar en una playa... estar con mi numerosa familia, mis padres, hermanos, mis tíos, mis primos, mis amigos. No pensar en esta caótica realidad; los cortes eléctricos, la falta de gasolina, de agua, de gas, de internet, de transporte, de efectivo; esto que me causa una tremenda angustia.

“Volver a viajar, ir al parque, al zoológico, al museo, a la galería. Volver a comer: galletas reinitas, brain  y oreo, mermelada, cereales, helados y pizzas, maní y queso amarillo, y torta de chocolate... Ya no viajamos, no nos divertimos como antes.. Desde que nos atracaron me siento insegura y vivo con sobresalto. Tengo incertidumbre e inquietud por mi futuro; las universidades están arruinadas, la educación se ha vuelto cada vez más mediocre, por lo que ya no  hay ni profesores ni alumnos: por los problemas del país es casi prohibitivo estudiar”, concluyó mi hija.

Este desastre le hubiera costado muchos años a cualquier país, en el mío solo fue cuestión de una década. La hiperinflación nos hace cada vez mas difícil la vida, y la quiebra progresiva de empresas públicas y privadas imposibilita un trabajo estable, o que el venezolano promedio tenga una vida y vejez digna. Es un mal tiempo para tener paz...

Cuando me entero que una sola persona comete un acto de corrupción, apropiándose de 1.000 millones de dólares, además de un delito es una condena a más de 30 millones de venezolanos a una vida miserable. Y por eso creo que lo que más atenta contra mi paz es la crisis de valores; aquí a los delincuentes se les premia y a los honestos y justos se les castiga. Aparte de que se nos engaña y manipula con poderosas y costosas campañas en todos los medios de comunicación al servicio de quienes destruyeron material y moralmente a todo un pueblo.

Ya lo decía proféticamente el Libertador:

"Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza, y por el vicio se nos ha degradado más que por la superstición... Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su auto destrucción”.


Debemos entonces volver a los valores de la solidaridad y empatía, fraternidad, tolerancia y amplitud y desdeñar el egoísmo, el sectarismo, la discriminación, el servilismo incondicional y el fanatismo. En esa medida no habrá embaucadores, ladrones ni estafadores. 

100.000 fusiles del Plan de la Patria 2013- 2019


Cambiamos armas por hambre. Si el régimen en vez de comprar 100.000 fusiles hubiera comprado 100.000 tractores la realidad fuera otra;  o tal vez menos peligrosa, oprobiosa e indignante. Estamos creando una cultura de muerte; y hasta tenemos un canal militar televisivo con sus respectivos mensajes bélicos frente a la ausencia de televisoras  humanizantes que contribuyan a un mundo digno. Ellas, con la urgencia que reclama la apremiante crisis, pueden ser una guía hacia un “fabuloso mundo de amor y paz". 

Esto y más son las cosas que nos alejan de un país, donde no reina la paz y nos acercan a la guerra (real o mediática). El discurso del gobierno y la oposición es, o que estamos en guerra, o hay que buscarla.

"LA GUERRA o LA PAZ" son solo palabras: la guerra es sinónimo de muerte y destrucción; la paz cuando es esclavizante o condicionada, se traduce en esa célebre frase cruel: “Que en paz descanse". Pero  muy a pesar de la senda violenta que una minoría nos quiere imponer, debemos la mayoría, todos los días, construir un camino hacia LA PAZ, verdadera y duradera; es decir ¡DEFINITIVA! 

En esa labor estamos comprometidos todos los venezolanos de buena voluntad. Y no culpo a las generaciones que me precedieron por despilfarrar no solo su presente y también robarnos el futuro... Su ignorancia les justificaba, pero no los absolverá.
                                                          
La actual pandemia es un ejemplo palpable de una ciencia a la disposición del poder deshumanizado. Al final de la segunda guerra mundial, Robert Oppenheimer, científico jefe del proyecto Manhattan, fue un acérrimo opositor de la energía atómica para usos bélicos, lo que le ocasionó persecución y condena del estado norteamericano. Los últimos años de su vida los dedicó a la reflexión sobre los problemas surgidos de la relación entre la ciencia y la sociedad. Hoy es el Estado chino quien somete y persigue a sus científicos disidentes, los mismos que ya habían advertido a sus líderes de este letal virus que no se le vislumbra fin.

Para mi la PAZ es una LABOR diaria, un ejercicio de vida, una fortaleza que tenemos que construir a cada hora, y defenderla ladrillo por ladrillo, con las armas de la RAZÓN y la NO VIOLENCIA.

Debemos educar a nuestros hijos con los ejemplos dados por Gandhi, Martín Luther King, Jesucristo y Thoreau.. somos las nuevas generaciones las que haremos realidad el sueño de los 60’... !Paz y Amor!

Leonardo Greco




  ¿Qué está pasando en Venezuela? ¡COMENTA! Tu opinión es valiosa para nosotros.
  Gracias por visitarnos, no olvides compartir en tus redes sociales y seguirnos en:
  Facebook.com/Circozuela
  Twitter.com/Circozuela
  Instagram.com/Circozuela
Mi hija quiere volver a la paz perdida en Venezuela Mi hija quiere volver a la paz perdida en Venezuela Reviewed by Alejandro Domecq on 21:01:00 Rating: 5

No hay comentarios.

¿Qué está pasando en Venezuela? ¡COMENTA! Tu opinión es valiosa para nosotros...

Recuerda que somos una comunidad, así que trata como quieres ser tratado... Gracias!