No es un cuento: una madre vive la peor pesadilla


Creí que se trataba de un cuento, de un sueño pesaroso, o tal vez de un delirio, literalmente; en fin, de una ficción cinematográfica. Pero no, bien equivocado que estaba: ¡Qué espanto!, de nuevo la realidad supera toda imaginación por más perturbadora que fuera. La abogada María Gabriela Mirabal relató en su cuenta @SoyGabyMirabal la acometida brutal dirigida contra ella por las manos e injuriosa voz de su propio hijo, luego de diez años sin verlo.

A continuación, con el atrevimiento de haber editado la narración de María Gabriela (conversión del texto vía twitter a la ‘escritura formal’) se ventila íntegramente este testimonio que a nadie dejará indiferente: 

Tras haber vivido el dolor más profundo que cualquier madre pueda imaginar, regreso para relatar este HORROR: mi hijo Gustavo Arrieche Mirabal, a quien no veía desde hace 10 años, apareció en mi puerta el domingo 16. ¡Mi alegría fue inimaginable! ¡Solo duró 2 segundos! Corrí a abrazarlo: ¡MI AMOR, MI BEBÉ!! Sacó una pistola, la puso en mi cien, me roció con gas pimienta. El matón que vino con él estaba desconcertado. 

Para quienes no conocen mi historia, mi hermano, Gustavo Adolfo Mirabal Castro, es testaferro de Alejandro Andrade. Se robó $ 250 millones. Compró a mis padres, hermanas, finalmente a mis hijos. Nunca fui partícipe de sus actos ilícitos; lo repudié y denuncié ante las autoridades, a través de las redes sociales, dentro y fuera de Venezuela. Hoy se esconde en Dubái, rodeado de lujos y caprichos que el dinero mal habido compra. 

A raíz de mis denuncias se le cerraron muchas puertas; congelamiento de bienes y dinero. Las represalias no tardaron en llegar. Víctima de terrorismo judicial, secuestro, injurias, agresiones físicas y psicológicas. Prohibición de salida del país. ¡No pudieron conmigo... hasta hoy! Recurrieron a mi hijo y lo manipularon para vengarse de mí: mi hijo me pateó, me partió dientes, me robó (segunda vez que me roba, eso lo supe), amenazó con matarme y repitió que mis hermanos y padres estaban al tanto y muy satisfechos con el daño que me estaban infligiendo. 

Le supliqué que me matara de una vez, porque no sé cómo seguir viviendo siendo testigo y víctima de lo que se había convertido. Paradójicamente el malandro que lo acompañó me protegía del ataque despiadado de ‘mi hijo’. ¡El HORROR no termina allí! ¡Llega el Cicpc y no podía articular palabra! ¡Ni en mi peor pesadilla podría yo plantearme estar denunciando a mi propio hijo! Se llevó lo poco de valor que quedaba en mi hogar, ¡pero me saquearon el espíritu! ¡No sé cómo voy a vivir con este acto contra natura! Por fin... ¡me quebraron! (fin del testimonio). 

Yo, que como otros, por desventura perdí un hijo, confieso que prefiero haberlo sepultado con el alma agrietada por la aflicción que padecer el tormento de tenerlo vivo, convertido en mi inclemente verdugo. 




  ¿Qué está pasando en Venezuela? ¡COMENTA! Tu opinión es valiosa para nosotros.
  Gracias por visitarnos, no olvides compartir en tus redes sociales y seguirnos en:
  Facebook.com/Circozuela
  Twitter.com/Circozuela
  Instagram.com/Circozuela
No es un cuento: una madre vive la peor pesadilla No es un cuento: una madre vive la peor pesadilla Reviewed by Alejandro Domecq on 13:36:00 Rating: 5

No hay comentarios.

¿Qué está pasando en Venezuela? ¡COMENTA! Tu opinión es valiosa para nosotros...

Recuerda que somos una comunidad, así que trata como quieres ser tratado... Gracias!