Guaidó regresará a Venezuela sin que el régimen le toque un pelo

No lo apresarán, no le harán nada, y tal como lo hizo el año pasado a su retorno de Colombia, llegará al aeropuerto de Maiquetía de Caracas sonriente y satisfecho de su reciente y exitosa gira por Europa y Estados Unidos, en la que le reiteraron respaldo internacional contra el ilegítimo gobierno de Maduro.

Así, por segunda vez, la prohibición de salida de Juan Guaidó, emanada por el Tribunal Supremo de Justicia, quedará sin efecto práctico, en demostración de que el poder judicial solo ha quedado para perseguir a los más débiles y amparar las mafias del socialismo del siglo XXI.

Será así, exactamente como reza el refrán; el presidente encargado de Venezuela, avalado por 60 naciones, entrará a su país como “Pedro por su casa”, y lo dicho por el segundo sátrapa de la cúpula rojiza, Diosdado Cabello, se cumplirá al pie de la letra: “No va a pasar nada con el regreso de Juanito Alimaña”, como lo bautizó, a sabiendas de muchos que el verdadero ponzoñoso es precisamente él, ‘Diosdiablo’, apodo que sí le queda al dedillo. Es decir, Cabello bien sabe, como Maduro y todos los demás amancebados boliburgueses, que no se puede aplicar la orden de arresto para Guaidó. ¿Por qué? Por cobardía.

Los del régimen pregonan que son libres de tutelaje extranjero, que defienden la soberanía nacional, pero en realidad eso forma parte de sus grandes mentiras, no solo porque permiten la intromisión del castrismo cubano en los asuntos internos del país que tiranizan, o por darle puerta franca a la guerrilla colombiana y otros rufianes que ahora mandan sobre el oro y otros minerales, sino por la peor forma de claudicación de conciencia: obedecer por miedo a la advertencia de Donald Trump y compañía de ‘cuidaíto’ con intentar algo contra Juan Guaidó, el presidente legítimo de Venezuela, ratificado hace unos días (con elogios y demás) por la Casa Blanca y todos los representantes del congreso estadounidense.

Está más que escrito, cuando se pierde la ética y la moral, lo que sigue es la depravación y los desmanes. El régimen metió ‘a trocha y mocha’ su ilusorio socialismo que prometía una Venezuela feliz, y al darse cuenta de que lograron todo lo contrario, la más horrorosa y criminal devastación contra un país, una patria y todo un pueblo, no le ha quedado de otra que su propia sobrevivencia a costa de más saqueo de riquezas, emplear la fuerza bruta para someter a sus ciudadanos y propiciar un estado de caos total, en el que se pervierten las leyes, y, en consecuencia, queda envilecido el máximo órgano de justicia.

“Puede pasar con confianza, pa’ verme limpiecita como un sol... Soy yo, me aseo con el limpiador de pocetas MAS, que desmancha MAS, que desinfecta MAS, que limpia MAS y no daña...”, seguramente la mayoría de los seguidores de Circozuela no entenderán este párrafo encomillado, y su relación con lo arriba escrito; pero quienes ya pasaron los 40 años de edad, sabrán que se trata de una vieja promoción de un producto limpieza, cuya voz en off la hacía una mujer que daba vida a una poceta.

Guaidó podrá pasar con confianza por el aeropuerto internacional de Maiquetía en Caracas, que nada le va a pasar, como no lo pudo hacer en el de Barajas, Madrid, la canciller madurista, Delcy Rodríguez, prohibido como lo tiene de ingresar a los países de la Unión Europea por su vocación totalitarista y de violación a los derechos humanos.

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