Maduro empuja a los venezolanos a la emigración ilegal con alza del pasaporte

Lo que se le viene encima a los países de América en este 2020 y a los propios emigrantes de Venezuela es para que desde ya se tomen medidas conducentes a enfrentar el segundo capítulo, digámoslo así, de la huida masiva de los venezolanos por la peliaguda crisis de su país. No se trata de una acogida con pasaporte en mano, pedido de asilo o de refugio; es el crecimiento exponencial, anárquico e ilícito de ciudadanos que optan por cruzar las fronteras internacionales a través de los caminos verdes, ríos o mares, forzados así al no poder pagar el exagerado costo del pasaporte. El tráfico ilegal y la criminalidad se frotan las manos porque sus valores en el mercado negro de seguro se dispararán con la explotación laboral o sexual y otros tipos de crueles sometimientos humanos.


Ante su inútil propaganda de hacer que las familias venezolanas no se vayan del país pues “allá los tratan mal”, y frente al evidente fracaso de hacerlos venir en masa con su plan ‘Vuelta a la patria’, el régimen de Nicolás Maduro no solo usa tácticas dilatorias para que los ciudadanos se mantengan en Venezuela, como el dificilísimo acceso al Saime para tramitar el pasaporte o la prórroga y la demora en la expedición del mismo, sino que a la par desde el 2018 ató el valor del pasaporte a la pseudo criptomoneda el Petro (equivalente a 60 dólares la unidad), el cual el régimen manipula a su antojo. Así, gestionarlo por primera vez cuesta dos petros y prorrogarlo un petro, que en mayo del 2019 significaban Bs. 160.000 y Bs. 80.000, respectivamente. La escalada comenzó en noviembre al pasar a Bs. 5.890.270 y Bs. 2.945.486; en diciembre a Bs. 8.364.077 y 4.158.396. Y ahora en enero el régimen volvió a la carga cotizando el pasaporte en 10.798.913,62 bolívares y la prórroga en 5.638.915,08 bolívares. Una cifra inaccesible para quienes ganan 300 mil bolívares al mes de salario mínimo. Y más lo será aún cuando de seguro se produzca otro incremento el próximo mes de febrero, y así sucesivamente.

La escena, pues, queda lista para que cientos de miles de venezolanos se aventuren a huir de la miseria, partiendo hacia otros países sin otro documento que su cédula de identidad o su partida de nacimiento. “Peor es el hambre”, dirán.

Ya en su informe de septiembre de 2018 Human Rights Watch señalaba que “Los gobiernos de las Américas deberían definir una respuesta colectiva y uniforme al éxodo de personas que huyen de Venezuela (...) Deberían considerar adoptar un régimen uniforme de protección temporaria para dar seguridad y estatus legal a los venezolanos que necesitan protección. La agudización de la crisis venezolana ha propiciado el mayor flujo migratorio de este tipo en la historia reciente de América Latina (...) “miles de venezolanos permanecen en una situación irregular, lo cual menoscaba gravemente su posibilidad de obtener un permiso de trabajo, enviar a sus hijos a la escuela y acceder a atención médica. Esto los expone en mayor medida a explotación laboral y sexual y trata de personas, y hace que sea menos probable que denuncien abusos ante las autoridades competentes”.

Sin embargo, mientras Colombia mantiene su política de puertas abiertas para la migración venezolana, Ecuador, Perú y Chile y algunos países del Caribe, como República Dominicana, decidieron establecer más controles ante la avalancha de venezolanos, quienes deben tramitar el visado a un costo inaccesible a sus bolsillos, menguados de por sí con el sacrificio hecho con la obtención del pasaporte. Esto hace, según expertos, que muchos ingresen de forma ilegal a través de las trochas con la subsiguiente exposición a ser víctimas de los traficantes de toda laya.

El director de HRW, José Miguel Vivanco, entrevistado por BBC Mundo, catalogó el pasado septiembre de 2019 de “aterradora” la situación de unos 25 mil venezolanos en zonas de Colombia, como en la región del Catatumbo donde se escenifican “guerra entre bandas criminales” y se cultivan “hojas de coca para el narcotráfico”.

"Muchos de ellos cruzan la frontera para buscar trabajo, comida y medicinas, y escapar de la emergencia humanitaria en su país, y terminan en el medio del conflicto armado. Muchos niños venezolanos terminan raspando coca y muchas mujeres se prostituyen",  señaló Vivanco a BBC, medio de comunicación que añade a Cúcuta como “la gran puerta de la migración venezolana en estos años, cuyas “tasas de criminalidad se elevaron hasta tres veces en el último año. Allí se reportó, de manera inédita, la presencia de "coyotes", quienes se dedican a lucrar con el tráfico de migrantes”. Menores y adultos son usados como "raspachines", cuya función es quitar las hojas de coca de las ramas, ardua labor que lacera las manos, de acuerdo con BBC que a la vez informó que “Migración Colombia y la Policía del país detectaron redes de explotación laboral que trasladan a venezolanos desde Cúcuta hacia diferentes puntos del país”, y los obligan a vender drogas al menudeo.

Estos ejemplos son apenas una pequeña muestra de lo que viven y padecen miles de venezolanos explotados solo en Colombia, donde está el mayor número de inmigrantes venidos de la patria de Bolívar (unos 1,5 millones de 4,5 millones del total mundial), de los cuales 665.665 están de manera irregular, 445.389 ingresaron al país sin autorización y por pasos no autorizados, y poco más de 220.000 ya superaron el tiempo de permanencia, según Migración Colombia. Asimismo, se estima que esa cifra aumentará a 2 millones, del total de 6,5 millones de venezolanos que estima la ONU emigrarán este año.

Los gobiernos, principalmente latinoamericanos, requerirán mucho mayor presupuesto y más ayuda económica para atender la terrible crisis migratoria venezolana, pero sobre todo de estrategias conjuntas que le permitan lidiar con el mayor problema que significa la entrada ilegal de venezolanos que no pueden costear el aberrante y constante incremento del pasaporte, y que  se exponen a las más variadas formas de explotación y criminalidad.

“Venezuela abrió sus puertas a quienes huían de dictaduras y un conflicto armado interno en América del Sur en los setenta y los ochenta (...) “Sus vecinos tienen ahora la oportunidad y la responsabilidad de hacer lo mismo por el pueblo venezolano... ", ha dicho Vivanco.

Maduro, entre tanto, proseguirá tercamente negando las cifras imparables de emigrantes de su país, aunque se desmiente ante el mundo al tratar de ponerle sin éxito un torniquete (pasaporte solo para pudientes) al flujo cada vez mayor de venezolanos que huyen de su ominoso gobierno.



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Maduro empuja a los venezolanos a la emigración ilegal con alza del pasaporte Maduro empuja a los venezolanos a la emigración ilegal con alza del pasaporte Reviewed by Alejandro Domecq on 5:44:00 p.m. Rating: 5

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