EE.UU niega que negocia con Maduro pero le ofrece amnistía si deja el poder
Por considerarlo de
suma importancia en torno a la situación venezolana, Circozuela inserta lo que
considera lo más relevante de la entrevista que Elliott Abrams, enviado para
Venezuela de la Casa Blanca, concedió a The New York Times, en la que se
destacan dos aspectos cardinales: la aclaratoria de que solo ha habido mensajes
intermitentes entre los gobiernos de EE.UU y Venezuela, mas no se ha producido negociaciones,
y que a Maduro se le ha ofrecido amnistía si abandona el cargo, lo que se
traduce en que no habrá persecución en su contra.
Un diplomático estadounidense de alto nivel dijo que Estados
Unidos no imputaría ni buscaría castigar de ninguna manera a Nicolás Maduro, el
presidente venezolano, si él deja voluntariamente el poder y a pesar de que su
país está al borde del colapso económico y en medio de un desastre humanitario.
Elliott Abrams, el enviado para Venezuela de la Casa Blanca,
dijo que no había visto señales de que Maduro estuviera dispuesto a ceder su
puesto. Sin embargo, su oferta de amnistía fue un mensaje para el líder
venezolano después de que él y su homólogo estadounidense, Donald Trump,
hablaron de negociaciones de alto nivel entre los dos gobiernos. Abrams aseguró
que esas conversaciones no han sucedido.
“No es una persecución”, afirmó Abrams en una entrevista la
tarde del martes 27 de agosto. “No estamos tras él, queremos que tenga una
salida digna y que se vaya”.
Agregó, como en un mensaje a Maduro: “No queremos procesarte
y no queremos perseguirte. Queremos que dejes el poder”.
El Departamento del Tesoro ya ha señalado a Maduro como uno
de los beneficiarios de presuntos envíos venezolanos de drogas ilegales, pero
no recomendó que sea imputado.
La apelación pragmática y de un tono más suave de Abrams es
un contraste con ocho meses de sanciones, aislamiento internacional y amenazas
del gobierno de Trump de una posible intervención militar contra Maduro y su
círculo cercano, quienes están acusados de aferrarse al poder y de haber
manipulado las elecciones del año pasado.
Los líderes de la oposición en Venezuela no le han ofrecido
inmunidad a Maduro, a quien acusan de enriquecerse en un gobierno corrupto que
ha dejado a muchos venezolanos sin alimentos, electricidad ni acceso a
suministros médicos.
En entrevista, Abrams intentó reducir la confusión que hay
en torno a los esfuerzos del gobierno de Trump para obligar a Maduro a que deje
la presidencia.
La semana pasada, Trump declaró que la Casa Blanca ha estado
en contacto con “niveles muy altos” del gobierno de Maduro, tras reportes de
que Washington y Caracas habían sostenido conversaciones secretas.
Unas horas después, Maduro aseguró que había autorizado
expresamente a sus funcionarios a tener reuniones en secreto con el gobierno
estadounidense. “Confirmo que desde hace meses hay contactos de altos
funcionarios”, dijo Maduro, quien agregó que su gobierno está “preparado
siempre para dialogar”.
Abrams dijo que no es el caso.
“La noción de que estamos negociando es completamente
equivocada”, dijo el diplomático. “Y la noción de que hay un patrón de
contactos es equivocada. Ha habido mensajes intermitentes y creo que a la gente
le parecería completamente predecible cómo es el mensaje muy ocasional desde
Washington: ‘Necesitan regresar a ser un país democrático. Maduro necesita dejar
el poder. No debe postularse en una elección. No retiraremos las sanciones
hasta que esté fuera del gobierno’”.
Tales comentarios probablemente pretenden aplacar a líderes
de la oposición venezolana, quienes han comentado en privado que las declaraciones
de Trump podían descarrilar sus propias negociaciones.
Una delegación
encabezada por el principal negociador de la oposición, el diputado Stalin
González, viajó a Washington la semana pasada para presionar a funcionarios
estadounidenses del gobierno de Trump respecto a la política hacia Venezuela.
Abrams comentó que no considera que, por el momento, sea
valioso hablar directamente con el gobierno de Maduro.
Dijo que los mensajes de intermediarios en Venezuela para
Washington han sido “muy poco frecuentes” desde finales del invierno y que la
información que contenían era dudosa: algunos habrían sido enviados con el
conocimiento de Maduro; otros, probablemente no.
Todos compartían la misma línea: que Maduro seguirá
resistiéndose a la campaña de presión internacional encabezada por la
administración Trump.
Los mensajes que Estados Unidos le envía al gobierno
chavista usualmente se dan de manera abierta en comunicados oficiales, tuits y,
en algunos casos, a través de diplomáticos europeos o líderes religiosos. Más
allá de reiterar las demandas de que Maduro salga de Miraflores, esos
intermediarios han expresado su preocupación por la salud y condiciones de al
menos cinco estadounidenses que están detenidos en Venezuela.
Cualquier contacto directo entre Washington y Maduro
arriesgaría las negociaciones paralelas que representantes del gobierno y de la
oposición —liderados por Juan Guaidó, a quien Estados Unidos califica como
presidente legítimo— llevan a cabo en Noruega y en Barbados.
Con esas negociaciones, Maduro ha tenido cómo asegurar que
busca una resolución pacífica a la crisis política y eso lo ha ayudado a evitar
sanciones europeas. Las conversaciones también son la mejor oportunidad de la
oposición para desbancar a Maduro tras meses de manifestaciones cuya afluencia
ha decaído y de intentos para fracturar al aparato chavista, que no han tenido
éxito.
Las negociaciones tuvieron impulso especialmente en julio,
cuando Maduro le ofreció a la oposición sostener nuevas elecciones a cambio de
que se retiraran las sanciones estadounidenses. Pero después suspendió esas
conversaciones en protesta por nuevas sanciones, emitidas el 5 de agosto, que
congelaron todos los bienes y propiedades del gobierno chavista en territorio estadounidense.
Esa ronda de sanciones, que tomaron por sorpresa a la
oposición y a Maduro, también conllevan la amenaza de castigos económicos a
cualquier empresa extranjera que tenga negocios con el gobierno venezolano.
Funcionarios cercanos a ambas partes dijeron que lo más
probable es que las negociaciones sean reanudadas la próxima semana en
Barbados, aunque no se ha fijado una fecha. Discutieron estos asuntos delicados
con la condición de mantener su anonimato.
La Asamblea Nacional venezolana, controlada por la
oposición, aprobó en enero una ley de amnistía con la expectativa de que
convencería a militares leales al chavismo a desertar. Los líderes opositores
aseguraron que esta no le permitiría ni a Maduro ni a sus asesores cercanos
evadir posibles cargos criminales y que tampoco le daría cobijo a chavistas
fieles acusados de abusos a los derechos humanos.
La Corte Penal Internacional (CPI), en La Haya, está investigando
denuncias contra las fuerzas de seguridad que datan de 2014, en el primer
mandato de Maduro. Estados Unidos no es un parte de la CPI.
Cualquier oferta de amnistía por parte de Estados Unidos
tendría limitaciones. Un funcionario de la Casa Blanca había dicho antes a The
New York Times que el gobierno de Trump no retiraría ningún cargo por
narcotráfico como los que enfrentan varios políticos cercanos a Maduro y
familiares suyos.
Abrams no quiso hacer comentarios a la pregunta de si
Estados Unidos permitiría que Maduro tenga cualquier riqueza o bien en
territorio estadounidense si llegara a dejar la presidencia o a exiliarse de
Venezuela.
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EE.UU niega que negocia con Maduro pero le ofrece amnistía si deja el poder
Reviewed by Alejandro Domecq
on
22:25:00
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