Venezolanos sobreviven por medio de "la peluca"

La devastación económica en la Venezuela socialista, como es bien conocido, ha degradado a las clases sociales, sobretodo a esas que dependían –y dependen- de un salario. Aquellas que no hace mucho fueron de clase media, se han desplazado en un corto plazo a la inmediata inferior; y esta fue a parar a la pobreza extrema o indigencia.

Este declive económico, ha llevado a muchos venezolanos a surfear la crisis a costa de lo que sea, mediante recursos ilícitos y antiéticos como la peluca.

La peluca consiste en robar la identidad –sean fotos, nombre o videos– de otra persona (mujeres “súper sexys”, en la mayoría de los casos) en las redes sociales, y, haciéndose pasar por esa persona, enamorar a terceros por internet para sacarles un provecho económico.

José Piña (16) y Andrés Parra (23), bajo la condición de cambiarles los nombres, accedieron a contar su experiencia:

“Yo, desde la computadora, me pongo a buscar fotos de mujeres hermosas en facebook e instagram, escojo la más apropiada que encuentre, pero tampoco exageradamente sexi, porque la idea es que me crean. Con eso, creo un perfil en facebook usando un nombre falso. Lo primero que hago es llenar el perfil de información falsa y fotos para que no parezca recién abierto y luego me meto en grupos de otros países, preferiblemente donde se gane en dólares. Cuando hago una publicación o empiezo a comentar en tales grupos, me empiezan a agregar hombres y me escriben, ahí es donde empiezo a enamorarlos hablando con ellos todos los días y, cuando estoy seguro de que tienen billetes, les digo que la situación del país está muy difícil y que tengo alguna necesidad, para que me envíen dinero. Lo máximo que he ganado son 70 dólares en un mes, las ganancias que tengo son muy disparejas, aveces pueden ser 20, como pueden ser 50 dólares; y mientras más enamorados tengo, más gano”, relató José Piña.

“Yo recojo fotos del perfil de alguna mujer en instagram y de ahí me voy para facebook, creo un perfil con un nombre distinto y uso las fotos; como tengo tiempo haciendo esto, ya sé en qué grupos me voy a meter para enamorarlos. Cuando me meto en los grupos, inmediatamente empiezo a comentar publicaciones y me llueven las solicitudes, ahí empiezo con el enamoramiento, eso requiere mucha paciencia y tienes que estar disponible las 24 horas, yo me la paso pendiente del celular todo el día para responderles los mensajes. Cuando veo que disponen de dinero, les digo que la situación aquí está muy difícil y que estoy pasando necesidades para que me manden dinero. Algunos, cuando están muy enamorados y veo que tienen suficiente plata, les digo que me envíen dinero para sacar el pasaporte y comprar el pasaje para verlos. Al final, cuando mandan el pasaje, ´dejo la peluca´ y busco otro.”, expuso Andrés Parra.

Los venezolanos, en mayoría jóvenes, metidos en esta práctica, se gastan el dinero en cubrir sus necesidades básicas y, principalmente, en darse lujos vedados a la mayoría como comprar ropa y salir a comer. Es gracias a la peluca que en barrios de bajos recursos, paradójicamente, hay jóvenes que aparentemente gozan de un estatus fuera de lo normal.

Por lo visto, en Venezuela, hasta la moral escasea.

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