LA VERDAD DESNUDA: Colapso eléctrico en Venezuela se vaticinó en 2008
Nuestros lectores adultos contemporáneos deben recordar muy bien el nombre EDELCA (Electrificación del Caroní), empresa perteneciente a la vieja Corporación Venezolana de Guayana (CVG) que se encargaba del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y que operaba específicamente la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, situada en el Guri, estado Bolívar sobre caudal del Caroní y que entonces era la tercera de mayor generación eléctrica DEL MUNDO ENTERO, con 10 mil megavatios (MW) de capacidad instalada, todo lo cual, echa por tierra cualquier argumentación con la cual Gobierno o gerencia alguna intente justificar tamaño deterioro en el servicio eléctrico de Venezuela.
También, a modo de contextualizar
este análisis, hay que recordar que EDELCA era la empresa responsable de las
tres grandes centrales hidroeléctricas que ostenta aún Venezuela y que otrora
sirvió para surtir de energía casi a todo el norte de Colombia y parte de
Brasil y Guyana, estas son la ya mencionada Central Hidroeléctrica Simón
Bolívar con su presa Raúl Leoni (10.000 MW), La Central Hidroeléctrica Antonio José de Sucre
(Macagua) con una capacidad instalada de 3.140 megavatios y la Central
Hidroeléctrica Francisco de Miranda (Caruachi), con una capacidad instalada de
2.280 megavatios. La red de líneas de transmisión alcanzaba una longitud de
unos 5.700 Km.
Es menester considerar dónde yace
la raíz que originó la debacle del sistema eléctrico venezolano: En Venezuela,
luego de la instalación de este modernísimo y pujante sistema eléctrico jamás
se padeció por este servicio y muy por el contrario, era el eléctrico el mejor
de los servicios de Venezuela, pero el 11 de julio de 2008 la CVG dejó de
tutelar EDELCA y sus activos pasaron a ser administrados por la Corporación
Eléctrica Nacional (CORPOELEC). Véase bien, año 2008 y las fallas comenzaron
desde el 2009 y no ha hecho sino agravarse con el pasar de los años.
La raíz del problema
El recordado ingeniero Ciro
Portillo, ex vicepresidente de la compañía eléctrica más exitosa del país
Energía Eléctrica de Venezuela, hoy en el recuerdo triste de un país en ruinas,
explicó en 2009 que el problema del sistema eléctrico se cimenta en las dos
fases del sistema: Producción y generación, y distribución.
“La central del Guri, así como
Macagua y Caruachi, requieren de una importante inversión para reponer turbinas
y hacer mantenimientos correctivos y preventivos. Varios ingenieros con toda la
experiencia en la materia, incluyendo quienes participaron de la construcción
de este megaproyecto eléctrico se lo alertaron al Gobierno de Chávez, pero no
hubo respuesta, pues no solo se suprimieron las empresas descentralizadas que
venían haciendo su trabajo para engranarlas en una sola corporación centralista
(Corpoelec) sino que en esta corporación centralista primó el objetivo político sobre el técnico-empresarial, es decir, Corpoelec se convirtió en instrumento de
hacer política por encima de sus funciones de garantizar un buen servicio
eléctrico”.
A lo dicho, Portillo agregó: “El
Sistema Interconectado Nacional (SIN) también requiere inversión; Planta Centro
en Carabobo está operando a su mínima capacidad, hay obsolescencia y daños
graves en las líneas de distribución y otros equipos que deben ser
reemplazados. Falta terminar algunas plantas termoeléctricas complementarias en
Zulia y Táchira que descongestionarían la dependencia de Guayana, si esto no se
resuelve con la premura que lo amerita, vendrán sobrecargas imposibles de
controlar y vendrán apagones prolongados de hasta doce horas o más”.
Las palabras de Portillo fueron
proféticas. Las pronunció al diario Versión Final en 2009 cuando fue consultado
tras aquella histórica medida de aplicación de racionamientos eléctricos en
varios estados del país, algo inédito en Venezuela, país que tuvo, en Maracaibo
precisamente, el privilegio de ser pionero en el uso de la energía eléctrica en
todo Sudamérica.
…y armaron la excusa
Como algo hecho por Dios –para quienes
son creyentes, las pruebas de Dios existen- en el año 2010, el país enfrentó el
primer gran problema derivado de una extrema sequía a consecuencia de un ciclo
natural que vive nuestro planeta cada tantos años y que precisamente tomó a
Venezuela por sorpresa.
“La toma por sorpresa –refiere el
ingeniero Emerson Rivas, ex supervisor de Enelven- porque nunca se invirtió en
el sistema eléctrico a pesar de las advertencias e innumerables informes con
recomendaciones en las cuales se consideró un posible colapso por causas de
alteraciones naturales, tal como finalmente ocurrió ese año”.
El 9 de febrero de 2010, el nivel
del agua de la represa Guri (Raúl Leoni) se ubicó en 257,18 metros sobre el
nivel del mar, siendo el nivel mínimo requerido para poder encender las
turbinas generadoras de energía 240 metros.
“En 2003 el nivel llegó a
situarse en 245 metros, o sea unos escasos cinco metros por encima del nivel
mínimo y aquí no hubo ningún apagón, no existió colapso alguno, porque entre
otras cosas, todavía las plantas estaban siendo operadas de manera eficiente y
siguiendo religiosamente todos los protocolos de mantenimiento diseñados y
establecidos, aún el servicio estaba descentralizado y desconcentrado”,
recuerda Rivas.
De la sequía se agarró Corpoelec
para justificar los racionamientos, pues no habría –según ellos- el suficiente
nivel acuífero para generar los megavatios requeridos y era necesaria una “administración
de cargas”, pero además se atrevieron a endilgarle al pueblo una cuota de
responsabilidad en el problema por el “despilfarro de energía”. Iniciaron así
una campaña para que la gente ahorrara energía como si apagando bombillas o
bajándole intensidad a los acondicionadores de aire se resolvería el problema
de la desinversión.
Luego volvió el fenómeno natural
El Niño a traer una de las épocas de sequía lluviosa más prolongadas y fuertes
en la historia de Venezuela. Fue en 2014, la sequía agarró desprevenida a
Venezuela una vez más, situación que reincidió en 2016 sin que ello significase
la concreción de la alta inversión que esperaban los venezolanos al SEM. Desde
luego, el Gobierno invirtió en pequeñas barcazas, en algunos correctivos en
algunas plantas, pero solo fueron medidas para paliar, no para mejorar y
consolidar.
Así lo explica el ex supervisor Emerson Rivas:
¿Qué pasó con el proyecto de La Vueltosa, qué pasó con el proyecto TermoZulia
I, II, III, IV y V? Revisemos en qué estado están estas plantas, cuánto es su
capacidad instalada y cuánto es lo que realmente aporta. Ni siquiera
suministran esos datos, porque lógicamente no los favorecen, los colocan al
desnudo frente a la sociedad por todo lo que han aprobado en recursos para la
electricidad y no se tradujo en hechos".
¿En qué estado están las plantas?
El 22 de abril de 2016, el
periodista y actual jefe de redacción del diario Versión Final, Raúl Semprún publicó un
trabajo con el ingeniero Agustín Marulanda, ex director de la escuela de
Ingeniería Eléctrica de La Universidad del Zulia (LUZ), quien al ser consultado
por aquella crisis eléctrica de 2016, otra vez por la sequía, respondió: “El
problema eléctrico en Venezuela presenta en el 2016 su crisis más aguda desde
que aparecieron sus primeros síntomas en el año 2008 (…) Esta crisis se origina
por deficiencia en la generación térmica, pues no se construyeron nuevas centrales
de generación al ritmo que crecía la demanda de electricidad”.
La consecuencia de ello,
sobrecarga excesiva en la central hidroeléctrica del Guri. Pero recordemos que
el Sistema Interconectado Nacional (SIN) comprendió en su reestructuración
hecha en el año de 1968 los sistemas de transmisión de las empresas eléctricas
Cadafe, Electricidad de Caracas, Enelven y CVG Edelca, que operaban a niveles
de tensión igual o superior a 230 mil voltios y dada su extensión poseían un
ámbito de carácter nacional.
La operación del S.I.N. era
entonces coordinada a través de la Oficina de Operación de Sistemas
Interconectados (OPSIS) desde el Despacho Central de Carga, quien era la máxima
autoridad en lo referente a este concepto y trabajaba con los Centros de
Control y Despachos Regionales de cada una de las empresas que conforman el
S.I.N.
Todo esto cambió –en principio de
forma y luego de fondo- con la creación de Corpoelec. Se sabe que hoy día la
mayor parte de la dependencia energética del país recae en la represa de El
Guri. Con las líneas de transmisión y distribución que se sustentan en varias
plantas para su despliegue máximo por todo el territorio nacional.
Las estaciones más importantes de
anclaje y distribución de energía son: GURI, CARUACHI, MAGAGUA (BOLIVAR),
BARBACOA, JOSE (ANZOÁTEGUI), SANTA TERESA, EDC (AREA METROPOLITANA DE LA GRAN
CARACAS) LA ARENOSA (YARACUY) PLANTA CENTRO (CARABOBO) CUATRICENTENARIO, LAS
MOROCHAS (ZULIA).
En 2012, Ciro Portillo volvió a
ser consultado y expresó algo puntual y muy importante a la hora de establecer RESPONSABILIDADES:
“Es difícil hoy en día poder diagnosticar cualquier estación o subestación
eléctrica, pues, los ingenieros, los colegios de ingenieros, las universidades
y hasta los periodistas tenían acceso a estas instalaciones, hoy en día están en
custodia del Gobierno bajo la figura militar o de la milicia y es prácticamente
imposible conocer a ciencia cierta en qué estado están las plantas, pero los
contactos que tenemos no nos dan buenas noticias. Todas requieren una inversión
significativa, todas trabajan a menos de la mitad de su capacidad instalada, en
todas se dejó de aplicar el protocolo riguroso de mantenimiento correctivo y
preventivo que requieren eh allí las fallas diarias en el servicio”.
Sobrecarga y soluciones pobres
Aunado a ello, según Marulanda,
se fomentó el consumo con los “planes populistas gubernamentales llamados
‘viviendas bien equipadas’. Así la cantidad de energía eléctrica demandada por
el país sobrepasó la cantidad de energía que se podía generar. Así la energía
que se genera es menor a la energía requerida por el país”.
El experto profundizó en esa
entrevista de 2016 que “el Guri produce
alrededor de 8.700 MW (60 % de la energía generada) y en cuanto a la generación
térmica solo hay disponible 6.300 MW. Aun cuando la capacidad de generación
térmica instalada es mucho mayor se reduce debido a que el 30 por ciento del
parque de generación térmico tiene más 30 años y el 40 por ciento tiene una
tasa de salida de operación superior al 25 por ciento, según cifras oficiales”.
Para la crisis del 2016 –que se
está pareciendo mucho a la del naciente 2018 sin que aún entre a jugar un papel
importante el tema de los fenómenos naturales- Marulanda refirió que con la
deficiencia en generación térmica “el Gobierno nacional tomó la decisión de
sobreexplotar el Guri para dar una impresión de relativa normalidad en el año
2015, produciendo más energía eléctrica del Guri para compensar la falta de
generación térmica”.
“Todo ello ha incidido en que
ahora se sobresaturen líneas de transmisión en las plantas de distribución –explica
Emerson Rivbas- Los incendios que se produjeron en Yaritagua, los que se
producen en Cabimas, en Maracaibo, en Táchira, en Anzóategui, nada de eso tiene
que ver con sabotajes, con manipulaciones inadecuadas, con intento de robos, ni
todos esos pretextos cínicos y falsos que da el Gobierno, esos incendios se
producen por la excesiva sobrecarga, por falta de mantenimiento, por unas
líneas obsoletas, por unas plantas obsoletas, por equipos que funcionan a media
máquina a falta de repuestos, por desinversión y por falta de voluntad política
en resolver”.
¿Qué pasa actualmente?
Lo que ocurre actualmente se
sintetiza en las advertencias que desde 2008 vienen haciendo los expertos. Las causas
de las fallas son básicamente las mismas, desinversión y corrupción.
Según las últimas cifras
extraoficiales disponibles de la demanda máxima del país, burlando al severo
bloqueo informativo de Corpoelec, la demanda máxima eléctrica nacional se sitúa
en los alrededores de 14.000 MW, nivel muy por debajo a todas las estimaciones
de demanda que se formulaban hace 4 o 5 años, donde los escenarios
conservadores preveían una demanda superior a 18.000 MW, para 2017.
El presidente de la Asociación
Venezolana de Ingeniería, Mécanica y profesiones afines, Aviem, Winston Cabas,
aseguró que el sistema eléctrico del país es “inestable” y cualquier
perturbación que ocurra, genera la interrupción del servicio para muchos
sectores de la sociedad venezolana.
De igual forma advirtió que lo
ocurrido en horas de la tarde de este 22 de febrero, cuando una sobrecarga en
la subestación Yaracuy-La Arenosa, producto de un disparo de la línea 765 que
abastece al occidente del país, dejó a 11 estados sin servicio por más de 15
horas, es resultado de la situación actual del sector: falta de mantenimiento,
de planificación y la desprofesionalización del ramo, ya el recurso humano está
migrando por la crisis en Venezuela.
La foto corresponde al estado de Planta Centro en 2010. Trabajadores insisten en que se encuentra igual o peor.
A pesar de la situación, Cabas
asintió que el colapso general del sistema no ocurrirá. “Jamás habrá un apagón
general” en Venezuela porque indicó que el mecanismo es integrado “y tiene la
capacidad de desprender cargas”. Agregó que si las centrales termoeléctricas
ubicadas en occidente funcionaran correctamente, la sobrecarga registrada en La
Arenosa “solo habría afectado a cuatro estados”.
Insistió en que “las fallas en el
sistema eléctrico no son producto del sabotaje, ni de la iguana, ni del
chigüire, ni de Donald Trump. Es producto de la desinversión, corrupción, falta
de mantenimiento y la desprofesionalización”.
Manifestó que si se toman los
correctivos necesarios al día de hoy, el sistema eléctrico nacional se podría
recuperar entre 5 y 10 años, porque a su juicio, es necesario ampliar la
capacidad de generación, realizar mantenimiento al sistema y sustituir la
tecnología en las subestaciones “porque su tiempo útil se acabó”.
Recomendó a la ciudadanía
desenchufar los equipos eléctricos de los hogares cuando existe una
interrupción abrupta del servicio, ya que los daños ocurren cuando viene de
nuevo la corriente”.
El ingeniero eléctrico José
Aguilar, consultado por el diario La Verdad, explicó que “pese a haberse
destinado para las instalaciones de la original Planta Centro más de 600
millones de dólares para su conversión a gas y repotenciación de las cinco
unidades originales (dos mil megavatios), estas hoy se encuentran todas
paralizadas, es decir en cero megavatios, o al 100 por ciento indisponibles”.
Son cero megavatios desde 2015,
es decir, de acuerdo con lo aportado por los ingenieros José Aguilar –en 2018-
y sus colegas Joe Carrillo y Antonio Patiño –en 2015- Planta Centro no está
aportando nada al SEN.
Aguilar detalla que TermoCarabobo
apenas llega a 300 megavatios, es decir, solo un 39 por ciento de
disponibilidad ya que, de sus cuatro unidades funcionan tres promediando 100
megavatios.
Aguilar recuerda que de 3 mil 372
mil megavatios instalados para salir de la subestación Planta Centro al SEN en
2018, solo funcionan 630 megavatios, es decir, 81, 3 por ciento de
indisponibilidad para “ayudar al país”.
SANTIAGO DE LEÓN
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