Presidenciales adelantadas ¿Participar o no participar? Aquí las herramientas de análisis


No hay nada más desagradable en el béisbol que cuando el pitcher, quien tiene la bola en sus manos, hace un tiro a primera base, sorprende al corredor y lo hace out a pesar de haber hecho varios disparos previos a la almohadilla. Así sucedió, una vez más, con la oposición venezolana, en este caso, con el decreto constituyente de adelantar, para antes del 30 de abril, las elecciones presidenciales que atendiendo a los lapsos establecidos en la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) y las actividades preelectorales previo al proceso en sí, deberían celebrarse en diciembre.

Fuera de base, así quedaron pese a que en el ambiente  ya estaba cantado el adelanto electoral, entonces, cabe preguntarse ¿Por qué no se prepararon para ello? ¿Por qué la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) criticada al extremo por sus marfiladas y constantes desatinos, aún no tiene una vocería robusta que emita pronunciamientos cuando el Gobierno a través de su instrumento “plenipotenciario” que es la Asamblea Constituyente, adelanta elecciones, impone leyes y castigos y somete constantemente al pueblo?

El abogado, analista y escritor José Ignacio Hernández hace algunas aclaratorias pertinentes al respecto.

“En primer lugar, no podemos hablar de adelanto de elecciones, pues, nuestro marco jurídico no precisa ni establece fechas exactas para celebrar comicios, la única fecha que está definida es el 10 de enero que es cuando asume el Presidente electo de la República, establecido así en el artículo 231 de la Constitución”.

No obstante, Hernández aclara que “los principios de seguridad jurídica y transparencia aconsejan que la convocatoria a elecciones se realice con suficiente antelación a los fines de poder definir adecuadamente sus reglas, las cuales, de acuerdo con el artículo 298 de la Constitución, no pueden ser modificadas al menos seis meses antes de la elección”.

¿Ilegitimo, y?

El jurista enfatiza en el carácter “ilegítimo y fraudulento” de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) constituida y sobre esta base asegura que ésta no tiene competencia para convocar elecciones.
Ahora bien, parlamentarios, analistas, politólogos, doctores en ciencias políticas, diplomáticos internacionales y abogados coinciden en el carácter “fraudulento” de la ANC, pero aun así se instaló, “la dejamos instalar”, y es la que decide toda la política de Estado en conexión directa con el Ejecutivo, o dicho de otro modo, es el brazo ejecutor de decisiones tomadas desde el alto gobierno, por tanto, este escenario debe evaluarse tomando en cuenta que ilegítima o no, la ANC está allí y es la que gobierna junto con el Ejecutivo.



Hernández atiza que en este estadio, “El Consejo Nacional Electoral (CNE) no es una instancia imparcial pues todos sus integrantes fueron fraudulentamente designados por la Sala Constitucional. Además, en su actuación, el CNE ha demostrado una clara parcialización a favor del Gobierno: los retrasos en el referendo revocatorio presidencial no guardan relación con la eficiencia mostrada en la organización de la ilegítima elección de la ANC”.

¿Técnicamente inviable?

La coordinadora regional de la organización SUMATE en el estado Zulia, politólogo Marietta Morisco explica por qué técnicamente no es viable celebrar presidenciales en el lapso impuesto por la ANC.

“El artículo 42 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) exige realizar las elecciones en concordancia con los períodos constitucionales y legalmente establecidos”.
Morisco agrega que “no es técnicamente viable celebrar unas elecciones presidenciales que son de carácter nacional y requiere de muchos pasos establecidos en la LOPRE. Ello arriesga la efectividad técnica del proceso y hasta su garantía y transparencia”.

Señala que “la Constitución, en su artículo 298 establece que la Ley que regule los procesos electorales no podrá modificarse en forma alguna en el lapso comprendido entre el día de la elección y los seis meses inmediatamente anteriores a la misma”.

De la LOPRE se extraen los siguientes artículos que explican que cada procedimiento preelectoral lleva una metodología y un tiempo, al parecer, ignorado en la imposición de hecho de la ANC.

El Capítulo IV de la LOPRE: Procedimiento de Postulaciones establece:

Requisitos

Artículo 59. Las postulaciones se harán en los formatos y con los requisitos que establezca el Consejo Nacional Electoral en el reglamento respectivo.

Presentación previa de los requisitos

Artículo 60. Para que las organizaciones con fines políticos puedan postular, deberán obligatoriamente y de manera previa presentar ante la Comisión de Participación Política y Financiamiento, el documento en el cual se indique las personas autorizadas para postular en su nombre.
La Comisión de Participación Política y Financiamiento mediante publicación en los medios de comunicación impresos nacionales, fijará el lapso en el cual las organizaciones con fines políticos deberán indicar las personas autorizadas para postular.

Admisión de la postulación

Artículo 61. Declarada como presentada la postulación comenzará a correr el lapso de cinco días continuos para que el organismo electoral correspondiente se pronuncie sobre la admisión o rechazo de la postulación. Una vez vencido el lapso sin que el organismo electoral correspondiente se pronuncie sobre su admisión o rechazo la postulación se tendrá como admitida.
Otro aspecto que amerita tiempo es el de las modificaciones, evento que ocurrió en las recientes elecciones regionales donde claramente se violó esta disposición de la Ley:

Modificaciones

Artículo 63. Las organizaciones postulantes podrán modificar las postulaciones que presenten y, en consecuencia, sustituir candidatos o candidatas hasta diez días antes de ocurrir el acto electoral. A tales efectos, el Consejo Nacional Electoral tomará las medidas para informar a los
electores y las electoras en el ámbito territorial al que corresponda la elección, sobre la modificación o sustitución realizada.

Cuando el tiempo en que se realice la modificación o sustitución resulte insuficiente para realizar el cambio en el instrumento electoral, los votos que se emitan en el mismo se acreditarán al candidato sustituto o la candidata sustituta.

Morisco, afirma que estos, entre muchos otros pasos, como la publicación del cronograma electoral, la inscripción de nuevos votantes, la validación de organizaciones con fines políticos, la verificación de datos, la modificación de domicilios electorales, entre otros aspectos deben llevarse a cabo previo a la elección y cada uno tiene un tiempo estipulado que no cuadra con el límite impuesto por la ANC para celebrar los comicios.

“No hay tiempo de cumplir con el cronograma de actividades administrativas y técnicas previas. Los procedimientos establecen que solo se adelanta una elección cuando hay un clima de ingobernabilidad y se readapta el calendario, pero es un escenario delicado que debe sustentarse con suficiente argumentación, acuerdos y consensos, pero igual, técnicamente ya se trae una debilidad en cumplimiento de esas tareas y etapas previas que ponen en riesgo la transparencia y confiabilidad del proceso, por ejemplo,  hay más de 2 millones de nuevos votantes que se quedaron sin inscribirse desde el año pasado”.

¿Y entonces, participamos o no?

“Que en Venezuela no existan condiciones de integridad electoral no implica, necesariamente, que la única opción adecuada bajo la Constitución sea no participar en las elecciones. En efecto, la ausencia de condiciones de integridad electoral lo único que implica es que las elecciones, por sí solas, no garantizan un cambio constitucional en Venezuela. Sin embargo, ello no es suficiente para eliminar, absolutamente, la pertinencia constitucional de participar en las elecciones presidenciales” advierte José Ignacio Hernández.

Añade: “no es cierto que participar en las elecciones presidenciales sea suficiente para ‘legitimar’ la ANC. En realidad, nada ni nadie puede legitimar a ese órgano”.



“Hay algunas evidencias que apuntan a que las elecciones en regímenes autoritarios pueden desencadenar un cambio político, si y solo si se ejerce suficiente presión sobre el régimen. Para ello, hay que tomar en cuenta que Venezuela ya no puede ser considerada como un “autoritarismo competitivo”, o sea, como un régimen autocrático que permite ciertas elecciones bajo condiciones razonables de libertad. Por el contrario, Venezuela –luego de la ANC- es un régimen autoritario no competitivo, tanto más si se trata de una elección presidencial.

En virtud de lo anterior, la participación en las elecciones debe ser valorada no en función de la probabilidad de que se admita la libre expresión ciudadana, sino en función de la probabilidad de que esas elecciones, y el fraude que las rodea, puedan propiciar un cambio político y constitucional. Bajo esta perspectiva, participar en las elecciones presidenciales podría ser una condición necesaria –pero no suficiente– para promover un cambio constitucional y político en Venezuela.

La doctora en Ciencias Políticas y docente, Carmen Maurera asegura que solo participando podemos desmontar el engaño pacifista y demócrata del régimen: “¿A qué juega el régimen? A cansarnos, a agotarnos y a desmoralizarnos. ¿Qué lectura tienen los adelantos electorales? Principalmente desmoralizar a la disidencia en medio de un escenario harto estudiado por ellos y sus asesores políticos y mediáticos. Saben que con la imposición bajo fraude de la ANC, se desplomó el ímpetu de participación de quienes aún somos mayoría en este país y lo lograron. Con ese escenario nos llevaron a su juego y adelantaron los comicios regionales a sabiendas que la mayoría no estaba animada a participar e igualmente ocurrió con las elecciones municipales con el agravante de lo ocurrido con la Gobernación del Zulia. A eso nos han llevado a ceder espacios de poder, espacios de organización para ampliar y consolidar la participación”.



Finaliza: “Entre una oposición timorata, desorientada, desgastada y moribunda en términos de liderazgo y los entre 5 y 7 millones de votos diseminados en el extranjero con la migración de compatriotas, se le ha entregado el país en bandeja de plata al Gobierno, que tiene en sus seguidores de dónde agarrarse para proyectar que nuevamente son mayoría sometiendo a sus propios adeptos a la manipulación y a la extorsión a través de los mecanismos ya conocidos, carnet de la patria, carnet madres del barrio, bonos presidenciales y demás migajas que el Gobierno usa para comprar conciencia, por eso el único resurgir de la oposición en términos de liderazgo, es construir el mensaje sólido de que solo con la participación en masa podemos ganar espacios para propiciar cambios. No esperemos que Lorenzo Mendoza anuncie que será el candidato para volcarnos a las urnas a votar, hagamos conciencia de que es necesario participar con todo y ANC y CNE parcializado”.

La docente afirma que la oposición tendrá que encarar la difícil tarea de, no solo definir una candidatura, sino construir el mensaje de participación sustentada en una verdadera oferta electoral que convenza y le devuelva al elector las ganas de participar por encima, insiste, de la falta de garantías e irregularidades que impone el CNE y la ANC

Santiago de León

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