En las profundidades del Diálogo: Lo que viene en 2018 se percibe aterrador



Acceder hoy día a la información se ha convertido en una titánica tarea para el periodista en Venezuela y si a ello se le añade que trastoca intereses de poder, entonces está hasta en riesgo la vida del comunicador. Es complejo tener cifras exactas o al menos aproximadas de lo que le ha costado en divisas el diálogo a los venezolanos, pero lo que más preocupa es si tanto "despilfarro" en este cotarro diplomático haya valido la pena en términos de resultados. Analistas exponen lo que podría venir en este impredecible y conflictivo año 2018.

Traer al cardenal Pietro Parolini al país para arbitrar un diálogo indeseado, pero “necesario” ha de haberle costado a la nación miles por no hablar de millones de dólares, recursos que el país necesita para reinvertir en su aparato económico. Pero además los constantes viajes del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y demás mediadores en el diálogo también supone una logística cuantiosa de la cual nadie habla y cuyos números están ocultos en el bunker del despilfarro que de vez en cuando manosea el designado fiscal Tarek William Saab para admitir el desfalco descarado de sus camaradas gerentes de la Pdvsa "roja rojita de Rafael Ramírez y su larga cola.

El exmandatario español ha sido instado por la dirigencia de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a rendir cuentas por sus ya frecuentes viajes a Venezuela, pues consideran que su “mediación” debe ser clara en cuanto a quién paga su alojamiento en el Hotel Meliá Caracas y los vuelos semanales a la capital venezolana.

Los números hablan

El portal web El Cooperante logró obtener algunos datos interesantes al consultar la página web de la aerolínea española Iberia, utilizada por Rodríguez Zapatero y su comitiva.

El dirigente socialista suele viajar en primera clase “Business Professional”. El avión parte del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y cada boleto tenía un costo, por allá por el mes de agosto del pasado año, de 1.456 euros, que en nuestra golpeada y devaluada moneda equivalía a 30.603.154,4 bolívares (a una tasa de 21.018,65 bolívares por euro en el mercado negro). 

Asimismo, se destaca que Rodríguez Zapatero tiene derecho a: tener dos bolsos de mano en la cabina, tres maletas, comidas y bebidas, seleccionar el asiento de su preferencia, cambiar fecha y hora del boleto, así como el reembolso de su dinero.

Desde luego, estas cifras se han incrementado conforme lo dictan los parámetros de la invencible Dólar Today. A Rodríguez Zapatero lo acompaña una pequeña comitiva, no viaja solo. Y en relación con los viajes a República Dominicana para las dos grandes delegaciones de los factores en diálogo, las cifras siguen ocultas, pero más temprano que tarde saldrán a la luz.

Lecturas del diálogo

Hoy, lunes 29 de enero de 2018, se encuentran de nuevo en Santo Domingo, las delegaciones del diálogo. Sus integrantes ya desayunaron en sus respectivos hoteles de máximo estatus donde están alojados con todos los beneficios de un cliente cinco estrellas. Se reunirán y en ese periplo almorzarán alguna exquisitez similar a los ya acostumbrados almuerzos de los días previos. Hoy se pretende llegar a un acuerdo, pero la percepción internacional y nacional al respecto es que no llegarán a nada y posiblemente anuncien otra fecha de encuentros, o sea, más viajes, más hoteles, más desayuno, almuerzo y cena, más whisky, más reuniones, más logística, más divisas.



Es necesario recordar que Julio Borges, Eudoro González, Luis Florido, Enrique Márquez y el experto en negociación Gustavo Velásquez forman parte de la delegación de representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que dialogarán con Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez, Elías Jaua y Roy Chaderton Matos, representantes del Ejecutivo venezolano.

La politólogo Migdalia Fernández explica el carácter de “no deseado” del diálogo: “Cada coalición tiene su interés en asistir a estas reuniones. Van sin la intención de ceder aunque al final la dinámica les exija ceder en algo, pero la clave del fracaso del diálogo es la falta de reconocimiento de la realidad, esto es, un Gobierno que debe reconocer que su política económica fue un fiasco y que buena parte del país, principalmente los profesionales, técnicos, empresarios y comerciantes, que es donde se asienta el apalancamiento del aparato productivo, los desaprueba y una oposición que ha sido víctima de sus propios errores que han fortalecido la ambición y el enquistamiento del Gobierno en el poder”.

Para Fernández es fácil identificar “la falsedad” del diálogo: “Si hubiese voluntad de diálogo, el Gobierno hubiese retirado de la televisión los programas Con el Mazo Dando y La Hojilla, porque son claramente tendenciosos y contraproducentes a un diálogo sincero y de respeto. Si hubiese voluntad de diálogo, el parlamento nacional no habría hecho una gira para propiciar sanciones contra personeros del Gobierno y buscar alianzas para una salida anticipada de Nicolás Maduro del poder. Pienso que se equivocaron desde que se ganó la Asamblea Nacional en 2015 en afanarse en sacar al presidente Maduro del poder antes de tiempo y dejaron claros vacíos en otros espacios de poder que luego perderían como las gobernaciones y las alcaldías. Ambas coaliciones dejaron de escuchar al pueblo, sus ambiciones los cegaron ante posibles soluciones que cada uno tenía a la mano. Es una clara lucha de poder marcada por una ambición enferma que no los deja trascender y en mi criterio, a la oposición le ha faltado presentar un plan de gobierno alternativo tangible con nombre y apellido, programas con nombre y apellido, políticas con nombre y apellido, estrategias con nombre y apellido, lo cual sí ha hecho el gobierno con su Plan de la Patria con el que ha ideologizado y comprado conciencias”.

El consultor de Marketing Político y analista Daniel Asuaje atiza otros elementos al tema del diálogo.
“Pareciera que para ambas partes es más rendidor negociar que no hacerlo, es decir, ambos han visualizado que el costo de no hacerlo es más alto que hacerlo. Aquí el acento no está puesto sobre los beneficios esperados, sino sobre las temidas pérdidas o costos de evitarlo”.

“Un examen más  minucioso –insiste Asuaje- nos revela que el gobierno aspira a dos cosas: dinero fresco y mantenerse en el poder. Sea que lo logre o no, también aspira deteriorar a la oposición para anularla como  opción de relevo, olvidando que si la destruye otras opciones opositoras tomarán su lugar.  Pareciera que lo racional  sería asegurarse ceder  el poder en condiciones  de continuar siendo una opción política y sin ser víctima de revanchas.  Sobre el tapete el gobierno pone la suspensión de las sanciones y el reconocimiento de la ANC.  La oposición  pone su acento en condiciones electorales transparentes.

Y por el lado de la oposición, el consultor afirma que “la oposición dialogante quiere desalojar  a Maduro y al madurismo del poder mediante  elecciones libres. Sabe que reconocer a la ANC es cuchillo para ser degollada.  Sabe también que de su venia depende que las sanciones sean atenuadas o levantadas y que la AN tiene la potestad para aprobar la consecución del financiamiento que el Ejecutivo tanto anhela. Quiere que las elecciones sean tan cerca de diciembre como sea posible para recuperarse electoralmente, mientras que el gobierno las ha estado buscando tan cerca como sea posible, pero sus crecientes fisuras internas podrían comprometer sus deseos”.



¿Y entonces, para dónde vamos?

Para Asuaje nadie la tiene fácil en este escenario. “Los objetivos perseguidos por ambas partes tienen muy pocas aristas en común.  Pareciera que ambas partes están  en un tablero del cual ni pueden levantarse ni pueden acordar nada, por lo  que la mejor opción ha sido dinamitar el diálogo, tal es el efecto que podría tener las acusaciones de supuesto colaboracionismo por parte de los negociadores opositores en la captura de Oscar Pérez.  El tiempo también juega y  si bien empeora las posibilidades de cada una de las partes lo hace más grave para el gobierno, pero si comparamos, la peor parte la corre el venezolano común y el país como un todo”.

El analista infiere que “hay finalmente una hipótesis trágica: que la adicción al poder del madurismo sea tan fuerte e irreversible que esté dispuesto a hundirse llevándose tras de sí a todos sin apelación ni piedad y esa pareciera ser la que al final termine imponiéndose”.

Lo que viene es aterrador

El politólogo con especialidad en gerencia social y actual coordinador del Centro Gumilla en el estado Lara, Piero Trepiccione observa que “las victorias electorales del Psuv, tanto en octubre como en diciembre, le han incrementado la arrogancia y el sentirse fuerte a un gobierno que luce vencido y desarticulado frente a la crisis económica pero cuya capacidad de gerencia política lo ha catapultado en medio de la precarización de las condiciones de vida de la ciudadanía. El Psuv y el gobierno -que siguen siendo uno solo- han perfeccionado los mecanismos clientelares y el control social como herramientas de acción política que les aseguran ganar elecciones en condiciones no competitivas”.

En esa misma dirección, Trepiccione afirma que desde el Psuv “tratarán de anular a los candidatos de oposición que tengan posibilidades de victoria y seguirán sembrando la discordia para dividir y poder garantizar una reelección del presidente Maduro con un cuarenta por ciento de los votos aproximadamente, ello independientemente del diálogo”.

“La caja de Pandora, sobre la cual poco se habla y conoce, es la situación interna del Psuv como principal soporte de poder organizativo del gobierno. Hasta ahora ha actuado monolíticamente. Si sigue actuando así, muy probablemente Maduro consolide su poder; pero, por el contrario, si se abren las brechas, es altamente probable que veamos cambios sustanciales en la realidad política venezolana. 2018 nace desde y hacia la política; aunque la economía tendrá enorme influencia en las grandes definiciones; para bien o para mal”.



Así las cosas, se aprecian coincidencias en los analistas que apuntan a un año muy conflictivo, pues el diálogo no será suficiente. Probablemente no se llegue a acuerdos y si se llega a algún acuerdo no será precisamente acentuado en el tema electoral, sino más bien en aspectos menos relevantes, aunque suene duro decirlo, como por ejemplo la libertad de algunos presos políticos o la apertura del llamado canal humanitario al que el Gobierno le tiene tanto miedo, pero desde las filas oficialistas el tema electoral es intocable e innegociable, pues, ellos han movido las piezas del ajedrez para generar condiciones muy favorables que no estarán dispuestos a ceder. Mientras tanto, la carestía, la incapacidad del venezolano para adquirir si quiera lo básico para sobrevivir y el control social vía carné de la patria, bonos subsidiarios y CLAP atenuará cualquier intentona de calle en un año que doblará en conflictos al anterior.


Santiago de León

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