¡PARTE EL ALMA! El desgarrador relato de una niña que recicla basura para poder comer

¡ROMPE EL ALMA! El desgarrador relato de una niña que recicla basura para poder comer

La pequeña Ruth de Jesús Vílchez Navarro, de solo 11 años, camina a diario 16 kilómetros desde su casa al relleno sanitario en Maracaibo. Trabaja recolectando desechos de plástico y metal.

Desde que murió el burro que tenían, la empuja ella misma. Con esto, su familia se gana la vida para medio comer. Su papá, su mamá y dos de sus hermanos llevan el sustento a casa. En un fotoreportaje publicado por el portal El Pitazo, reseñan que en ese relleno descargan la basura de los municipios Maracaibo, San Francisco y Jesús Enrique Lossada.

Ruth tiene un año que no va a la escuela.Contó que asistía al tercer grado, pero como el burro se murió, tuvo que dejar la escuela. En Brisas del Morichal, donde vive, también tienen serias carencias de servicios básicos como agua, luz y gas.

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La niña sale de su casa a las 7:00 de la mañana y regresa a la 1:00 de la tarde. “Un día bueno nos pagan 5.000 bolívares. Ese día comemos arroz con frijoles. Hay otros días en los que comemos solo arroz, o comemos arepas solas. Hay días peores, que son aquellos en los que no comemos nada”, expresó.

Sueña con salir del barrio, tener una casa y ser chef, no estar arrastrando una carreta. A pesar de llevar una vida tan dura, afirma: “Yo tengo mucha fe y le agradezco a Dios que todavía estamos vivos”.

A Ruth la sostiene su fe. “Voy a la iglesia Movimiento Misionero y estoy segura de que Dios tiene un propósito conmigo, por eso no me gusta ser rencorosa, para que Dios no me olvide”. Con los ojos llenos de lágrimas añade: “Yo tengo sueños, y sueño con ser grande y tener un restaurante y que ya no vivamos aquí por el peligro con los malandros. Sueño que ya no tengamos que arrastrar la carreta y que las que eran mis amigas del colegio ya no me hagan burla y me griten: ‘¡Burrera, burrera!’, y que no se rían de mí. Y también sueño otras cosas. Por ejemplo, sueño que como torta. Hace años que no como, ya ni me acuerdo cuándo fue la última vez”.