NACHO: “COMEMOS UNIÓN Y SEGUIMOS CON HAMBRE”



Miguel Igancio Mendoza "Nacho" presenta su más reciente artículo de opinión en el portal Caraota Digital.




He leído y he escuchado tantas conclusiones lógicas y coherentes sobre la necesidad de unión en Venezuela que, incluso, me he llegado a sentir el enemigo público de la reconciliación, lejos, completamente, de mi principal intención. Claro que quisiera que el país se pacificara, que no nos dañáramos de ninguna manera, que soñáramos juntos con mejores condiciones de vida, que aplacáramos el maltrato verbal para darle de nuevo la bienvenida al respeto. Pero acompañando a mi sentido de simpatía con el prójimo, está un espíritu de lucha que anhela el cambio completo de un movimiento político que lleva 17 años sembrando la división que todos, tanto oficialistas como opositores, queremos disipar.

Me preocupa que, al tratar de promulgar la tolerancia, autocensure la expresión de mis opiniones. Callar para otorgar una razón no merecida no es de ninguna manera el primer paso a la transigencia. No es un ejemplo digno. Lo razonable sería que pudiéramos decir lo que sentimos al respecto de las condiciones que enfrenta la Patria y culpar a los culpables mientras nos reímos de un chiste, compartimos un plato, brindamos a la salud de todos y seguimos viviendo con pensamientos distintos pero tomados de la mano hacia una misma dirección: el progreso.

Pido disculpas si mis palabras han sido leña para un fuego que no asoma indicios de cese, pero ¿cuál sería entonces la solución? ¿El silencio? ¿Presenciando tantas injusticias? ¿Conociendo las verdades de tantas mentiras contadas? ¿Viendo a nuestro suelo romperse en pedazos?

No creo que el requisito obligatorio para lograr camaradería sea que una persona diga y crea lo que quiera y otra asienta a todo. Estoy a favor de la unión, pero no si es el reflejo del temor, de la indiferencia, del consentimiento de una corrupción sin escrúpulos. No apoyo la defensa empedernida de un “tutti frutti” de ideales copiados, adjudicados a una persona que sirvió el jugo desde su licuadora y ahora, entre algunos, es el mejor “juguero”. Quiero ver a mi gente abrazándose, pero no porque el polo más vulnerable haya callado, no por resignación a que la magnitud de nuestra influencia no sea gigante y nuestra integridad general sufra de fragilidad, no por comodidad o por pasar desapercibido, por rendición, ni por complicidad de una conciencia comprada.

Quizás una parte de Venezuela me mire como a un contrincante y me gustaría que supieran que es todo lo contrario; pero si no lo quieren aceptar, entonces no soy yo el del problema, son otros desuniendo. Siempre estaré dispuesto a tender la mano si veo algún riesgo de caída, pero el fallecimiento sería inevitable si lo que pasa por la mente del afectado son tendencias suicidas. No es haciéndome el loco que intentaré promulgar la integración y la disminución de tensiones. Quizás la historia no me reconozca como el reconciliador predilecto, pero seguiré luchando para desempolvar las atrocidades de un régimen que ha atacado, apresado, asesinado, destruido, ha enajenado, contaminado, tergiversado, desprestigiado, ha robado, insultado, amedrentado, devaluado, en tantos aspectos, a nuestra sociedad, que seguiré alzando mi voz en denuncia. Estoy en contra del Gobierno y sus acciones. Sigo firme en mi postura de que debemos encontrar la manera de salir de este sistema malandro y dañino. Si eso me convierte en un villano y en el causante de la separación, entonces me quedaré con ese título.

Hay una gran luz al final del túnel y no quiero dejar que se extinga. Debemos seguir iluminando el camino sembrando postes de esperanza y de fe. Manifestemos nuestras necesidades, inquietudes e inconformidades, trabajemos en recuperar el lugar que algún día tuvimos, a través de la valentía y la moral.

Seamos sinceros con nosotros mismos, así como el presidente debería ser sincero con su incapacidad de presidir un país, y no lo digo en mal tono, hay gente que sirve para unas cosas y para otras no. No se ve mejoría, de hecho todo empeora. Sigue levantando tus manos y tu voz a favor de tus convicciones, que nadie te obligue a hacer lo contrario, esa hambre que no podemos calmar con el producto que queda después de tres horas de cola, es el hambre por la libertad. Yo quiero unión, lo que no quiero es a Maduro de presidente. Hablamos el próximo domingo.

Por: Miguel “Nacho” Mendoza

¿Qué está pasando en Venezuela? ¡COMENTA! Tu opinión es valiosa para nosotros... Gracias por visitarnos, no olvides compartir en tus redes sociales y seguirnos en Facebook.com/Circozuela y Twitter.com/Circozuela
NACHO: “COMEMOS UNIÓN Y SEGUIMOS CON HAMBRE” NACHO: “COMEMOS UNIÓN Y SEGUIMOS CON HAMBRE” Reviewed by Moisés Arévalo on 10:05:00 a.m. Rating: 5

No hay comentarios.

¿Qué está pasando en Venezuela? ¡COMENTA! Tu opinión es valiosa para nosotros...

Recuerda que somos una comunidad, así que trata como quieres ser tratado... Gracias!